España, así, como nación, con todos sus ciudadanos, con el panadero que trabaja durante la noche, como la persona que está en la garita de una autopista que probablemente jamás verá gratuita, así, como suena, España entera esperando que haya gobierno. El PSOE pasó ayer más de cuatro horas con los representantes de Podemos, y a tenor de lo que he podido escuchar por ambos lados, reunión infructuosa. La reunión solo ha servido para afianzar sus propias posiciones, Podemos intentando maquillarse con los colores del poder y PSOE manteniendose firme en su negativa, quiere que Podemos le ayuda a conseguir un gobierno, pero no quiere que gobierne junto a él.
El problema, persiste y al momento de escribir esta columna continúa aún sin solución a la vista. Y es que unas nuevas elecciones nos llevarían a un escenario poco alentador, es muy probable que el resultado no distase mucho del actual, por lo tanto, estaríamos en el mismo punto pero con varios meses perdidos. Por otro lado, unas nuevas elecciones desembocarían, con mucha probabilidad de no equivocarme, en una baja participación, eso acentuaría el fanatismo político de partido, algo que puede resultar terrible para un país, denominado civilizado, como el nuestro.
Y es que he oído esta mañana que 123 diputados no son suficientes diputados como para gobernar, efectivamente, pero el problema va más allá, es que tampoco son suficientes para formar gobierno, porque Pedro Sánchez en su búsqueda de la gobernabilidad, centrada en Podemos, está dejando a un lado la otra parte del cuento, y es que con Podemos, tampoco suma, ni incluso con el apoyo del PNV, sino que además necesitaría como mínimo la abstención de ERC, partido independentista que solo está esperando la llamada de Pedro Sánchez para dar el sí quiero. Y es que históricamente, a la izquierda le cuesta más entenderse que a la derecha. Cuando los partidos de centro derecha hablan, el objetivo, salvo pequeños detalles son los mismos, el problema de la izquierda viene dado por la división del socialismo, socialismo libertario y comunismo, tres ramas bastantes cercanas de corazón, pero muy diferentes en su concepción. Así, que si PP, Vox y Ciudadanos tuviesen que llegar a un acuerdo, es muy probable que ya tuviésemos gobierno, pero con la izquierda dividida y hambrienta de poder, es, está siendo y va a ser más complicado.
¿Y Ciudadanos?, pienso, por el sentir general de la población, por las conversaciones de bares, de trabajo, de amigos, de los políticos que no salen en televisión o radio, que no hay quien entienda la actitud de Ciudadanos. Si hay un partido que podría estar gobernando ahora mismo sería el PSOE, pero estoy seguro que si Ciudadanos no se hubiese enroscado en esa actitud, más propia de niño enrabietado, podría ser junto al PSOE estar dirigiendo este país. Una oportunidad que no se le va a presentar fácilmente y que muchos de sus votantes ni siquiera entiende.
Toca esperar, ver hasta donde el PSOE está dispuesto a entregar y Podemos a recibir, si llegan a un acuerdo, es muy probable que el resto de fuerzas minoritarias acaben seducidos por Pedro Sánchez, pero si deciden que una elecciones es la única alternativa, el país también les hará saber su hartazgo.