Ayer tuve el placer de estar en el estreno del documental “Casas Viejas 1933”, escrito y dirigido por José Luis Hernández Arango. Me hubiese gustado verlo un par de veces más para emitir mi juicio sobre el mismo, pero dadas las circunstancias del momento y leyendo tanto halago creo que tenía que dar mi opinión, particular y sin fianza.
Por un lado me gustaría destacar la asistencia a dicho documental. El Teatro Municipal albergó tres sesiones, la primera, por la mañana, exclusiva para los alumnos del I.E.S. Casas Viejas y sus correspondiente profesorado. Probablemente la sesión más productiva de las tres, dirigirse en esos términos a la juventud es de elogiar y por lo que cuentan, quedaron fascinados, el teatro enmudeció y parece que la Historia ha calado en los huesos de las semillas, las que veremos florecer dentro de muy poco en forma de profesores de primaria, de instituto, de ingenieros, de políticos, etc… y es importante que conozcan sus raíces, eso les dará confianza en su andadura, les hará valorar lo que van consiguiendo, maduraran socialmente hablando y quizá les haga pensar que nada ha caído del cielo, sino que lo que disfrutan hoy día, se debe al sacrificio que nuestros ancestros han hecho por nosotros, al igual que nosotros escribimos nuestra propia Historia, la que nuestros descendientes recogerán en un futuro.
La segunda sesión fue la más oficial, por llamarlo de alguna forma, se daba el pistoletazo de salida para el público en general. En escena, antes del documental, Raquel Gardón representando a la concejalía que ostenta, Salustiano Gutiérrez Baena, que con su sola presencia significaba agradecimiento eterno de este pueblo, el señor alcalde, Antonio Cepero, que sabiamente está gestionando nuestro municipio y José Luis Hernández, director del documental que recibió del público asistente un merecidísimo y casi infinito aplauso cuando acabó el documental.

Finalmente, y tras la finalización de esta sesión, hubo otra, en el que hubo bastantes butacas vacías, y es una pena porque hay oportunidades que no se vuelven a repetir, se podrá ver el documental, quizá incluso y de nuevo en el teatro municipal, pero ya nunca será igual. En cualquier caso el público asistente quedó tan impactado como el de la primera y segunda sesión y no dejó a nadie indiferente.
Y hablando de lo más importante, del documental, me parece una obra maestra no solo para los ciudadanos de Benalup-Casas Viejas, sino una joya histórica. Más que el contenido, que si lo analizamos detenidamente no cuenta casi nada que no supiésemos ya, al menos los que estamos al corriente de los Sucesos o los que hemos mamado de la teta de los Sucesos durante muchos años, fue el continente lo que más me impactó, fue la manera de contarlo, fue la utilización del entorno para hablar del propio entorno, la intervención de Carmen Lago tiró del hilo de esas mujeres que fueron las valientes, las que empezaron a contar qué había ocurrido, las que denunciaron el atropello que se había cometido, las que sufrieron las pérdidas, los muertes mueren y yacen para siempre, la pena habitará en sus familias eternamente. La siempre válida opinión del escritor e historiador José Luis Gutiérrez Molina, hombre de justicia, de lucha obrera, de llevar la verdad por bandera y siempre desde el respeto a quienes más han sufrido.
Mención aparte merece Salustiano Gutiérrez Baena, incansable, inconmensurable, si Mintz puso los cimientos, Salus a edificado toda la Historia, a falta de colocar la veleta encima del tejado, porque siempre quedan cuentas pendientes. Lo voy a pedir ya, por favor, este hombre, que no ha pedido nunca nada a cambio, ha entregado su vida a un pueblo, a la Historia de un pueblo, a sus habitantes, aprovecho la ocasión para ofrecerme a las autoridades locales para organizar cuando deseen el homenaje que se merece Salustiano Gutiérrez Baena y aunque suene duro, no me gustan los homenajes póstumos, las cosas hay que hacerlas en vida, ahí lo dejo. Salus, gracias por darnos la luz, nunca te podremos recompensar tu trabajo.
Lo dicho, creo que el documental es rico históricamente hablando, creo que utilizar tantos elementos, como el teatro, como los propios habitantes del pueblo, los cambios de formato, hace que el desarrollo del mismo se haga ameno, interesante y significativo. Gracias José Luis Hernández por tu trabajo, estamos en deuda contigo.
Cuando a lo largo de mi vida he vivido fuera de mi pueblo, cuando me preguntaban de dónde era y decía Casas Viejas, todo el mundo sabía que había pasado algo, pero nadie podía concretar nada. El documental de ayer no hizo nada más que reforzar las palabras que suelo utilizar cuando me preguntan qué ocurrió en Casas Viejas en enero de 1933: “..fue un cúmulo de circunstancias, un cúmulo de despropósitos, un cúmulo de infortunios que desembocó en una ejecución y eso fue lo que marcó la diferencia”. Quizá la falta de la otra parte es lo que más he echado de menos en el documental. La parte que quiere olvidar, que no quiere hablar de ello, por miedo supongo que no, más bien por dolor, por pena, los mayores que piden el derecho al olvido, los que con más o menos razón, no desean formar parte de este respetuoso homenaje. A ellos, fuerza.
Solo me queda pedir que si tienen la oportunidad de ver el documental que próximamente será emitido en Canal Sur, que lo vean, que lo vean si quieren conocer un poco mejor sus raíces, si quieren conocer una parte de la Historia de España, que fue utilizada como arma arrojadiza contra el gobierno de Azaña para arrebatarle el poder, el hombre, sigue siendo hombre, incluso cuando comete tragedias como esta.