Se acerca una fiesta muy querida por nuestro pueblo, ¡Carnaval! Una fiesta llena de reivindicaciones, humor y sobre todo de disfraces.
El carnaval es, probablemente, una de las fiestas más bonitas y divertidas para cualquier niño o niña. Es un momento para soñar, para convertirte en lo que quieras o en quien quieras. Si pudieses ser un animal ¿cuál serías? Si pudieses convertirte en una científica famosa ¿en quién te convertirías? Si pudieses ser un superhéroe ¿quién te gustaría ser?
Cuando si no van a tener la posibilidad de ser un superhéroe, una princesa, una rana o un bombero. Esta es esa época del año en la cual es posible soñar lo que quieras porque, en teoría, nadie te puede decir que no. Después de todo es un simple disfraz, ¿no? Pues lamentablemente esto no es así. Y no es así porque desde pequeños vamos enseñando a nuestros hijos a dejar de soñar.
Desde pequeños en carnaval, les enseñamos a disfrazarse según lo que pensamos que es “lo correcto” . Si eres niña has de disfrazarte de algo femenino o “de niña”. Si eres niño de algo masculino o “de niño”, y ¡es lo que hay! Ellas princesas y ellos superhéroes. Ellas esperan y ellos las salvan… ¿No es este el cuento de siempre?

Salimos de Navidad ya con los juguetes sexistas, la cocinita para ella y el camión para él, y ahora nos metemos en Carnaval. Ellos y ellas cuando deciden de que quieren disfrazarse y ser ese día no piensan en estereotipos de género, eso no existe en sus cabezas ya que todo es creado por la sociedad, debemos dejarlos de ser libres y felices con lo que elijan ser ese día y no cortarles sus ilusiones, pero no, seguimos limitando los sueños de nuestros niños y niñas, sus aspiraciones, sus gustos, sus deseos, sus opciones. Seguimos eligiendo por ellos o dejando que otros lo hagan.
Si tu hijo dice que se quiere disfrazar de princesa, ¡fantástico! ¿Por qué no? ¿Es un disfraz de niña? Los disfraces no tienen género, porque es tan difícil aceptar que tu hijo sea esos días una princesa y no un dinosaurio, a ver, ¿dónde está el problema si al fin y al cabo es un disfraz? Quizás deberíamos saber qué significa un disfraz antes de nada. ¿Por qué tu hija no puede disfrazarse de Superman? ¿Por qué tiene que ser de Superwoman si a ella es Superman el que le gusta? Si lo pensamos, fijaros que es la tontería más grande que la sociedad nos mete en la cabeza, ellos son niños y niñas que solo quieren disfrutar de ese día con sus amigos yendo disfrazados de lo que quieren, o ¿pensáis que entre ellos y ellas se cuestionan que van del disfraz incorrecto? Dejemos que nuestros y nuestras menores sean felices, no le cortemos sus libertades, no les llenemos sus cabecitas de basura que solo les va a servir para ser infelices cuando sean personas adultas, sí, infelices porque la libertad da la felicidad, el respeto da la felicidad, la empatía da la felicidad y nosotros y nosotras queremos que en el futuro sean personas felices .
La educación que les demos los definirá el día de mañana en su día a día, no les hagamos pensar que él puede ser el doctor y ella la bella enfermera, que él puede ser el piloto de avión y ella la azafata que reparte café, no les rebajamos sus ilusiones a la mitad, enseñemos que ellas pueden ser doctoras y pilotos si lo desean y ellos azafatos y enfermeros si es lo que quieren, todo esto sin tener que sentirse mal por ello, ya que un simple juguete o un disfraz tan inocente en el mundo infantil, se vuelve una gran losa pesada sobre hombres y sobre todo mujeres en el mundo adulto.
Sólo me gustaría que las niñas y los niños disfruten de su Carnaval con locura. Si quieren ir de princesa, hada, astronauta, Pippi Calzaslargas, Spiderman, piloto de fórmula uno, Minion o de dinosaurio, eso da igual. Porque existe mundo más allá del rosa y del azul, de las princesas y los superhéroes y debemos evitar que se lo pierdan a toda costa.
Solo desearos a todos y todas un feliz Carnaval libre de estereotipos.