Cuando se abusa de los abusos

La radio, esa amiga que me acompaña en los trayectos de mi casa al trabajo y viceversa es más que nunca una fuente infinita de información, aunque lo que más me gusta es que además de informarte en un breve espacio de tiempo la situación actual, también te acerca fielmente, las voces de los otros. Los otros no son más que aquellos que por una razón u otra no pueden estar ocupando primeras portadas, pero que quieren aportar algo al guiso que se cuece.

Ayer tuve la oportunidad de escuchar a un representante de FACUA, esa maravillosa organización que siempre sale defendiendo de los derechos de los consumidores, nada que objetar, no conozco de primera de mano su trabajo y no voy a ser yo quien lo ponga en duda. El representante en cuestión hablaba de los abusos de muchos comercios que estaban haciendo el agosto aprovechando que el consumidor está con las defensas bajas y por supuesto aprovechando la necesidad de adquisición de artículos determinados. Alentaba a la población a denunciar aquellos posibles casos de abusos por parte de los comercios.

Pues hoy quiero romper una lanza por aquellas personas que intentan ganarse la vida honradamente y que lo único que hacen es proveer un servicio de la forma más digna posible. Entiendo que la situación es complicada, que sí, siempre existió pillos y sinvergüenzas, pero generalizar y alentar a la población a un abordaje desconsiderado hacia quienes tratan de ganarse el pan lícitamente es cuando menos injusto.

No me quedé con su nombre caballero, pero le explico. Pongamos por ejemplo un bien preciado en estos momentos, una caja de guantes de nitrilo. Vamos a partir del hecho que si el Estado no regula el precio máximo, fabricantes, distribuidores y vendedores finales pueden jugar legalmente al juego de la oferta y la demanda, y sí, puede que no sea ético, pero es legal. Seguimos, una caja de guantes de nitrilo sale de la fábrica y se la vende a un distribuidor, el precio de la caja de guantes de nitrilo depende de varios factores, gramaje, cantidad comprada, etc… pero vamos a un término medio, pongamos que el fabricante se la vende al distribuidor a 2’5 euros sin IVA, el distribuidor añade su porcentaje de beneficio y la pone a la venta en 3’5 euros sin IVA, y finalmente la tienda mete su margen de beneficio y la coloca a la venta en 5 euros sin IVA. Ese sería el canal normal, pero a veces puedes meter uno o dos intermediarios más, con lo que una caja de guantes de nitrilo normal puede rondar fácilmente 7 ó 8 euros. Ahora vamos a trabajar en este escenario, en el actual, el fabricante, presionado por las circunstancias, dobla turnos, crea empleo, y tiene más gastos, con lo que aprovecha la ocasión y vende la caja de guantes a 3 euros sin IVA, El distribuidor suele meter siempre el mismo porcentaje de beneficio, pero claro, sabiendo que los guantes los va a vender sí o sí, sube otro poquito el precio, ahora se los vende a la tienda a 5 euros sin IVA y la tienda viendo el incremento del precio, no tiene otro remedio que subir el precio final del producto, al final la caja de guantes, dependiendo cuántos intermediarios tenga se puede llegar a vender a 11 o 12 euros. Con esto quiero decir que se ataca fácilmente a la tienda final y los canales anteriores quedan eximidas de responsabilidad, y eso, simplemente, no es justo para la tienda de barrio que lo único que ha hecho es añadir el mismo porcentaje de beneficio de siempre.

Dicho esto, está claro que hay que denunciar posibles casos de abusos, pero antes de lanzar una cacería de brujas contra los comerciantes, estas personas, que se erigen como salvadores de los consumidores deberían poner todas las cartas sobre la mesa y no alentar a los ciudadanos a una guerra entre sus iguales.

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