En este confinamiento da tiempo de casi todo. Y digo casi todo, porque al final haces lo que te propones, estés o no en un Estado de Alarma. Leer un libro que empezaste no sabes cuándo, ordenar la biblioteca, organizar en orden alfabético la discoteca y la videoteca, ejercicios, cocinar; y así un sinfín de actividades que, normalmente por falta de tiempo o cualquier otra excusa que la mente pueda inventar, siempre dejamos aparcadas.
A modo personal, deciros que he visto mucho cine. Las plataformas digitales, las ofertas que algunos canales han lanzado durante esta cuarentena y algún DVD que otro que todos tenemos luchando contra el polvo, hace más apetecible sentarte y disfrutar de una buena película.
Pues bien, os voy a contar varios “trozos” de una película que vi justo el día que el Gobierno anunció las medidas de la desescalada (la palabra desescalada no está recogida aún como tal en el diccionario de la Real Academia Española).
Sin más, os adelanto algunas escenas de la película cuya temática es la llegada de una enfermedad a la Tierra. En una de las primeras escenas, en una imagen televisiva, se aprecia cómo varios políticos hablan y hablan sin parar, pero no se entiende con claridad lo que dicen. Al otro lado de la pantalla, gente aplaudiendo, como monos de feria con platillos, según el político que intervenía.
La segunda escena que recuerdo es de varios sanitarios luchando por la vida de una persona de mediana edad. Una escena muy rápida y enérgica donde se mezclaba el cansancio y el sudor, primeros planos de rabia contenida y lágrimas, muchas lágrimas. Es ese tipo de escenas en las que, a medida que avanzan, en tu mente aparecen familiares, amigos, sanitarios que conoces. Es ese tipo de escenas en las que, cuando acaban, sueltas todo el aire contenido. En otra se veía varios grupos de personas corriendo juntas y hablando entre ellas, como si huyeran de algo. Esta parte no la entendí demasiado ya que, al parecer, el peligro estaba fuera y no dentro de los hogares.
Como anécdota, decir que en ese momento de la película, recordé la película “Forrest Gump”. Y no solo porque la gente corría y corría, sino porque también tiene una frase que se te queda grabada. Creo que era algo parecida a… “Yo no voy a ser tonto y me voy a correr”.
De las escenas finales no os puedo contar mucho, pero recuerdo que las cosas empezaron a ir mal otra vez y que varias personas, al ver el desastre, comenzaron a culparse unas a otras. Esas personas eran políticos y personas que fueron a correr. Los sanitarios se culpaban a sí mismos por no poder hacer más de lo que ya hacían. No os cuento nada más para no estropearos el final. Solo os adelanto que es un poco triste y muy real.