Opinión | El Atlético de Madrid se proclama ganador de la liga que nadie quería ganar

A sabiendas de la proximidad del final de la liga tenía preparados varios borradores para mi artículo sobre el desenlace de la competición doméstica, pero ninguno me terminaba de llenar, así que esperé a que las luces se apagaran tras el pitido final.

En la tarde de ayer, se gestó el final de una historia que comenzó meses atrás, cuando el FC Barcelona se desprendió de Luis Suárez como quien se desprende de un coche viejo que ya no sirve para nada. Sin embargo, en la Ciudad Condal no sólo estaban haciéndole un desprecio a las habilidades futbolísticas del mejor delantero centro de su historia, sino que menospreciaron el instinto asesino del uruguayo, ese orgullo y esa competitividad que sólo tienen Michael Jordan y dos o tres más en el mundo del deporte (uso el presente porque aunque Michael Jordan ya no juegue al baloncesto profesionalmente, es archiconocida su capacidad competitiva a cualquier cosa a la que juegue, ya sea al golf, al póker o a las canicas).

La temporada de Suárez, al igual que la de los colchoneros, no ha sido un camino de rosas: altibajos físicos, el positivo de rigor, malos momentos en la Champions… Sin embargo, como bien indicaba Simeone semanas atrás, entrábamos en la “zona Suárez”. Y en esa zona, en ese momento en el que se decide todo, apareció el charrúa, con esa carrera que roza lo artrítico, pero con su instinto asesino intacto, para marcar el gol que a la postre le dio el titulo a los del Wanda.

Ganar la liga es todo un logro al que no hay que restarle mérito, pero queda la sensación de que la ha ganado el menos malo. Por un lado tenemos a un Atlético que dilapidó su ventaja en dos partidos seguidos frente al Levante, fruto de este calendario asimétrico y de los aplazamientos a los que por una u otra razón, ya fuese virológica o climática, nos hemos tenido que acostumbrar. Y una vez que la cosa estaba más ajustada, parecía cuestión de tiempo que uno de los dos grandes tomase la delantera, o al menos así lo decían los “expertos” que dan su opinión desde casa en los programas con la camiseta de Messi o de Ramos colgada a sus espaldas como adorno de sus respectivos salones. Pero se equivocaban, ya que por un lado el Real Madrid no daba más de si en una temporada lastrada por más de 60 lesiones y la incapacidad de sacar adelante el estar vivo en dos competiciones hasta hace tan sólo unas semanas. Y por otro lado, el FC Barcelona, a pesar del efecto positivo que tuvo la llegada de Joan Laporta, es un equipo extraordinariamente frágil a nivel defensivo y con un presente y futuro poco halagüeños.

Y por detrás, al menos en los que a la lucha por el título se refiere, no hay nada más, ya que el Sevilla puede tener claro que si no ha ganado la liga este año, no la ganará nunca. Jamás se va a volver a encontrar a los tres grandes en tan malas condiciones al mismo tiempo y su único consuelo es que al tratarse de una competición tan estratificada, va a tener pocos rivales por el cuarto puesto a poco que Monchi mantenga su nivel de acierto en los fichajes.

Fuera de puestos Champions quedaba la pelea por jugar Europa League o Conference League. Confieso que, como la mayoría de los aficionados, no tengo ni idea de qué es exactamente la Conference League y tampoco me interesa demasiado. La cuestión es que Real Sociedad y Betis se hicieron con los dos puestos de la antigua Copa de la UEFA y al Villarreal le tocó quedarse con la competición que nadie quiere jugar, a no ser que una victoria en la final de la Europa League les lleve mágicamente a la Champions.

El siguiente estrato incluye a todos los que se han salvado de la quema con mayor o menor holgura o aspiraban a más y han tenido que afrontar la cruda realidad. Y entre nombres como Bilbao, Celta, Granada o Valencia, se ha colado nuestro Cádiz CF, que terminó el curso con un empate con goles ante el Levante.

Finalmente, Eibar, Valladolid y Huesca dicen adiós a la Liga Santander y se antoja que puede que les cueste retornar a Primera en tan sólo un año, ya que la Liga Smartbank es tremendamente igualada. Desafortunadamente, no contaremos con la presencia de un equipo gaditano en dicha división, ya que el Algeciras cayó derrotado en la noche del sábado ante la Real Sociedad B, que será uno de los cuatro nuevos inquilinos del segundo piso de nuestro balompié, con todo lo que supone de negativo la presencia de filiales en Segunda A.

Y esto es todo en lo que a la competición patria se refiere. Los que aún quieran más neofútbol y no estén hastiados de VAR, de posesiones que no sirven para nada, de falsos delanteros, de celebraciones sacadas de Fortnite y de un reglamento mutante e ininteligible, pueden respirar tranquilos, ya que en breve tendrán las dos finales Europeas y la Eurocopa Frankenstein que podrá ser vista a través de… Mierdaset… uy perdón, no, Mediaset. ¿Se os ocurre algo mejor que ver a Jorge Javier Vázquez dando paso al partido de la selección?

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