Opinión | 48 horas para armas no a armas sí

En menos de 48 horas, Pedro Sánchez ha pasado de manifestar que España está comprometida con Ucrania con la entrega de material defensivo como cascos, chalecos antibalas y material sanitario y que tan solo enviaría armas a través del Fondo Europeo para la Paz, a anunciar que al igual que han decidido Alemania y Francia, entre otros países europeos, enviará armamentos defensivos por su cuenta. 

Tal cambio de postura ha originado un desencuentro en el seno de Unidas Podemos, ya que la Vicepresidenta y Ministra de trabajo, Yolanda Díaz, manifestó estar de acuerdo con la decisión, mientras que las Ministras Belarra y Montero y el exvicepresidente Iglesias se han manifestado radicalmente en contra con el envío de armas ofensivas a Ucrania y apuestan por el diálogo y la diplomacia principalmente.

Este sorprendente cambio de actitud del Presidente apoyado por la Ministra de Defensa con su consabido ardor guerrero y en tan poco espacio de tiempo, pese a la oposición de gran parte de su socio de gobierno Unidas Podemos, que creen que esa decisión supondría contribuir a una peligrosa escalada bélica, no ha sido suficientemente explicado y caben toda clase de conjeturas al respecto.

Cabe preguntarse qué ha ocurrido en ese lapso de tiempo, amén de un recrudecimiento de la ofensiva rusa sobre Ucrania, para que obrara este cambio radical en el Presidente. ¿Presiones de los socios de la Unión Europea? ¿Presiones de los socios de la OTAN?

No cabe duda que habrá habido presiones de unos y de otros, aunque nunca lo sabremos con certeza, y de haberlas tampoco sabremos a ciencia cierta la naturaleza de las mismas. Pero determinados acontecimientos que han ocurrido en ese lapso de tiempo pueden darnos una pista del verdadero alcance de las presiones recibidas. 

Casualmente en medio de la vorágine belicista de Rusia contra Ucrania y de la implantación de las múltiples sanciones impuestas por ello, se ha colado el hecho de dos asaltos masivos en la valla fronteriza en Ceuta con Marruecos ante la inacción de las autoridades marroquíes.

Hay quien dice que determinado teléfono en Moncloa sonó y una voz con marcado acento norteamericano al otro lado del hilo telefónico dijo: “Presidente Sánchez, has visto lo que ha pasado en Ceuta, pues no es nada con lo que te espera si no rectificas y anuncias que España va a enviar armas de forma independiente y que estará dispuesta a secundar lo que la OTAN estime necesario”.

El mensaje ha sido efectivo porque la recogida de cable de Sánchez ha sido manifiesta, incluso sabiendo que originaría un nuevo desencuentro con su socio de gobierno, Unidas Podemos, aunque si bien es cierto, ha servido para debilitarle ya que ha originado una visible división interna, sobre todo, con quien pretende encabezar el nuevo proyecto político al margen de siglas de partidos políticos ya existente.

Otros piensan que, conociendo a Sánchez, lo que ha originado el cambio de parecer del Presidente ha sido, precisamente, esto último y no el recrudecimiento de la ofensiva bélica rusa contra los ucranianos, ni las presiones de sus socios de la UE y OTAN, ni tampoco la eventualidad de los asaltos a la valla fronteriza ceutí.

Un PP aún en estado de shock por sus líos internos con la corrupción y un socio de gobierno dividido, qué más se puede querer.

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