Opinión | Más de dos

Parece ser, que la de “bruta, ciega, sordomuda, torpe, traste y testaruda” ha sacado una nueva canción. Como quizás no tenía bastante inspiración, ha acudido a Bizarrap para ayudarla a expresar sus sentimientos (a todos nos ha venido bien alguna vez contar con la mano tendida de alguien para soltar el daño acumulado).

*Nota: He tenido que acudir a Google para ver quién es Bizarrap.

La canción nos puede gustar más o menos, pero lo cierto es que va a ser una de las más escuchadas en los primeros meses de este casi recién iniciado año. Y la excepción que confirma la regla será Cádiz. La culpa; el Carnaval.

Y hablando de carnaval, MÁS DE DOS se acordarán de una chirigota gaditana que salió allá por el febrero de 1995. El año de la pandemia, al que tengo mucho despecho, se cumplieron 25 años de la chirigota “Los últimos en enterarse”.

El Yuyu tiene en común con la cantante de “Loba” que no tiene pudor alguno en mostrar al mundo su estado emocional. En el caso del Yuyu los utiliza para defenderse.

“¿Quién ha dicho ole,
quién ha dicho bravo?
Como yo coja al que la hecho vi’ a clavarle to’ el pitón. Iiiiiiiiih, ¡cabrón!”

Y es que las canciones de desamor y despecho han estado desde siempre, con más o menos elegancia. Las hay para todos los gustos. Lo cierto es que con MÁS DE DOS de ellas nos hemos sentido identificado alguna vez que otra.

Dice el autor en la canción que nos ocupa lo siguiente:
“Una loba como yo no está para novatos. Una loba como yo no está pa’ tipos como tú”

El reino animal siempre ha aparecido en las canciones, para mostrar despecho o no. Para lo primero, antes que el argentino Bizarrap ya estaba la mejicana Paquita la del Barrio. La cantante ya nombraba, allá por 2004, una especie de la fauna para explayar sus sentimientos.

“Rata de dos patas
te estoy hablando a tí. Porque un bicho rastrero, aún siendo el más maldito, comparado contigo,
se queda muy chiquito.”

Creo que Shakira no llegó a cantar con la “más grande”. La chipionera también repartía lo suyo cuando cantaba e interpretaba “Ese hombre”.

“Es un gran necio,
un estúpido engreído, egoísta y caprichoso,
un payaso vanidoso, inconsciente y presumido, falso, enano, rencoroso, que no tiene corazón”

¿Es posible pronunciar más insultos en un solo estribillo? Aún así, hay que reconocer que la hemos cantado MÁS DE DOS veces en la ducha.

Y es que en la copla española, de reciente actualidad por la aparición de grupos y cantantes que hacen referencia a ella, el tema del desamor y del despecho es algo habitual. El número de coplas con esa temática supera con creces a los goles por la escuadra que ha convertido el señalado en la canción de Shakira.

Una de las muchas es “La falsa monea’ “, interpretada por numerosas artistas. Imperio Argentina es una de ellas.

“Cruzó los brazos pa’ no matarla. Cerró los ojos pa’ no llorar.
Temió ser débil y perdonarla
y abrió las puertas de par en par.”

Y siguiendo con el folklore español y dejando un poco al lado la temática que nos ocupa, recomiendo desde aquí el disco “María canta copla “. Es un disco donde la catalana María Rodés despoja 10 coplas con mucha sensibilidad y dulzura. Desde “Tengo miedo” hasta “Ay pena, penita, pena”, pasando por “Tres puñales”.

Otro de los discos de Rodés es “Contigo “. Junto al quizás desconocido para algunos La Estrella de David, narra una relación desde el primer encuentro hasta el divorcio. Merece mucho la pena escucharlo de principio a fin. “Fantasmas” es una de las canciones:

“Tantas veces me han roto el corazón
que ya no puedo contarlas sin temblar “.

Y cómo no son solo féminas las que cantan sobre este tema, ¿Por qué no acordarnos de Los Planetas? Son MÁS DE DOS las canciones donde los granadinos se acuerdan del desamor. “Pesadilla en el parque de atracciones”, “No sé cómo te atreves” o “La playa” son ejemplo de ellas”

“Tuve un verano que fue una pesadilla.
Si me acuerdo,
me duele todavía.

Y pensaba en destrozarte todo el tiempo”

No terminaré este artículo con mal sabor de boca. No todo va a ser despecho.
De la obligada marcha de un amor de fin de semana y del dolor que puede suponer esperar el regreso de alguien, trata la canción “En el río” de Vicente Navarro.

“Qué bonito que vinieras y que no quieras marchar. Qué bonito sujetarte
para que no sea el final”.

Espero que este artículo lo leáis con toda la tranquilidad posible. Qué podáis escuchar con calma cada una de las canciones reseñadas, que no corrais peligro alguno por las posibles consecuencias del huracán “Gerard”.

En este caso, nos referimos a un fenómeno meteorológico: la borrasca “Gerard”.

“Estamos hablando de los efectos de la borrasca Gérard, tras el paso del huracán Shakira. Parece una broma, pero se llama Gérard”.

Noventa años no son nada

Que veinte años no es nada decía el genio de Carlos Gardel en su tango Volver, y noventa años tampoco lo son, así lo hemos demostrado en Benalup-Casas Viejas este fin de semana.

Ayer terminaron los actos conmemorativos por el 90 aniversario de los Sucesos de Casas Viejas, y lo hizo con un excelente broche de oro, el último pase de la recreación de dichos sucesos por las calles de Benalup-Casas Viejas, por los lugares que un día fueron tristemente protagonistas de una de las barbaries más sangrientas de la historia reciente de nuestro país.

No se puede olvidar, no debemos olvidar, tenemos la obligación moral de recordar a quienes dieron su vida por un futuro mejor para nosotros, fueron nuestros abuelos, nuestra estirpe los que derramaron su sangre para que hoy, podamos recordarlos en libertad. Y todo ha sido posible por la comunión de centenares de personas que han hecho posible este teatro en la calle.

Sería una temeridad nombrar a todos los que de una forma u otra han participado, por eso vaya por delante mi aplauso a todos y cada uno de los que han puesto un granito de arena para que este fin de semana, Benalup-Casas Viejas honrara a sus convecinos. Dicho esto sí me voy a aventurar en nombrar a ciertas personas, la primera a María Orellana, artífice intelectual de todo este montaje, con ella al mando, todo es siempre mucho más fácil. También voy a nombrar a Manolo, su pareja sentimental y hombre para todo, es imposible contabilizar la de vueltas que se hombre se ha dado por las calles de pueblo para montar iluminación, sonido, proyectores, etc… y siempre con una sonrisa en su cara, eres un crack Manué. Y esas jóvenes que taconeaban en la oscuridad. A al cante entre lágrimas del cementerio. Y ellas, las que se han recorrido cada calle colocando cada vela, y Leonardo y sus fogatas, y Maite con sus campesinos, y Balbino, que lo mismo estaba disparando con una escopeta, que controlaba toda la escena de la choza, y todo ese elenco de actores, que más quisiera Hollywood contar con gente de tan buen corazón, y no importa si se les olvidaba el diálogo, siempre tenían un compañero que sacaba las castañas del fuego, y a Bea y su gimbal que ha rebasado la frontera de lo físico para llevar el teatro a las redes sociales, y esos jóvenes invisibles, que no aparecían en ninguna parte, pero que desde las cuatro de la tarde hasta que empezaba la función, ayudaban con su esfuerzo a colocar, a traer, a llevar, ese trabajo sucio que no le gusta a nadie y que ellos hacían con el compromiso de ser parte de la historia. A esos jóvenes y los que han participado directamente en la obra, deciros que me habéis hecho recuperar la fe en la juventud, tan denostada por los adultos que nos creemos sabedores de todo y que este fin de semana, esa juventud nos ha dado con el plato en la boca, sois increíbles. Las personas encargadas de dirigir al público con una cuerda y sentido común como única arma. Y mi colega de fatigas Gonzalo, por correr más que Usain Bolt para traerme el cable, y a mi hija Daniela por compartir conmigo mi pasión que a su vez es su pasión. Y las fuerzas de seguridad del estado, policía local, siempre dispuesta ayudar y a protección civil cumpliendo de forma voluntaria con su cometido, y a los bares más cercanos, que nos han brindado ayuda cuando la hemos requerido, al Ayuntamiento y sus trabajadores y por último y no menos importante, gracias al público, por asistir cada día, por respetar las normas (siempre hay la excepción que confirma la regla y alguno se podía haber quedado en su casa), pero en general el comportamiento ha sido excelente. A todos gracias.

Es cierto que hay muchas cosas que mejorar, de los errores se aprende y la próxima vez será mejor, seguro. Por todo esto, noventa años no son nada, y así lo hemos demostrado, conocer nuestro pasado, para vivir el presente y luchar por el futuro.

Que la importancia de conocer nuestro pasado es fundamental para que las nuevas generaciones labren su propio camino es un hecho irrefutable. Pero Benalup-Casas Viejas no es solo los Sucesos. Benalup-Casas Viejas tiene identidad propia, tiene prehistoria, tiene un patrimonio por descubrir. No podemos pararnos en los Sucesos y echarnos a dormir, hay que hacer hincapié en otros aspectos, debemos dotar a nuestro pueblo de una identidad que vaya más allá de un hecho trágico como el que ocurrió en 1933. Por mucho que nos duela, los Sucesos ocurrieron porque se dieron una serie de circunstancias difíciles de repetir y sin embargo, Benalup-Casas Viejas cuenta con alternativas que necesitan del impulso no solo de los ciudadanos, sino de las administraciones locales y provinciales para que los Sucesos se conviertan en un hecho de nuestra historia, pero no una marca en la piel de sus vecinos que las acompañe de forma permanente. Es ahí donde se debe trabajar, es ahí donde se debe poner la siguiente piedra para que en un futuro, la sociedad benalupense pueda pisar fuerte y no caer al olvido.