Llevamos apenas tres días de campaña para las elecciones locales del próximo 28 de mayo y ya hemos podido ver cómo hay una nueva política que ha sentenciado a muerte a los mítines.
Balbino Barberán, candidato a la alcaldía de Benalup-Casas Viejas por Andalucía x Sí, abrió su tanda de mítines en el Colegio Público “Padre Muriel” situado entre la barriada el Matadero y la barriada Diputación (los pisos). Por otro lado, la candidata del PP, Amor García, ofreció su primer mitin en la plaza del antiguo ayuntamiento (junto a la plaza del pijo). Ambos candidatos son nuevos en tanto el papel que desempeñan, cabezas de listas de sus respectivos grupos. Maria José Grimaldi, candidata de IU, atendía un café-coloquio en el pub 500 noches, situado en la calle Manuel Sánchez, a pocos metros del lugar donde María del Amor García se preparaba para su discurso. El actual alcalde y candidato a la renovación del cargo por el PSOE no hizo ningún acto público el viernes y, finalmente, el candidato de VOX, ni está, ni se le espera.

La política contemporánea ha experimentado una transformación significativa en los últimos años debido a los avances tecnológicos y la creciente influencia de las redes sociales en la sociedad. Una de las evidencias que nos deja este primer fin de semana de campaña es que los mítines políticos tradicionales están cada vez más desfasados y las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para los políticos y sus campañas. Puede que sean defendibles en otros contextos, pero a día de hoy, en nuestro pueblo creo que existe un cambio de paradigma que no tiene vuelta atrás.
El declive de los mítines políticos
Durante décadas, los mítines políticos han sido una forma popular de conectar con los votantes. Basta recordar aquellos míticos mítines en los colegios o en la alameda, no solo de Francisco González Cabañas, sino de Eduardo Pérez o Vicente Peña. Sin embargo, en la era digital, su impacto se ha visto reducido considerablemente. Existen diversas razones por las cuales los mítines políticos están perdiendo relevancia.
En primer lugar, los mítines requieren una inversión significativa de recursos, desde la organización del evento hasta el propio merchandising. Estos gastos a menudo son prohibitivos para candidatos con recursos limitados, lo que puede dificultar su participación en campañas políticas tradicionales. Por otro lado, las redes sociales ofrecen una plataforma accesible y de bajo costo para llegar a una amplia audiencia.
En segundo lugar, los mítines políticos suelen atraer a un público limitado y ya comprometido con un candidato o partido político. Esto genera un efecto de “eco” en el que los discursos y mensajes se repiten dentro de un grupo homogéneo. El objetivo de los mítines se ha ido transformando a lo largo de los años, no tienes que convencer, tienes que sellar a tus propios militantes o tus seguidores. Las redes sociales, en cambio, permiten llegar a audiencias más diversas y amplias, abriendo la posibilidad de alcanzar a nuevos votantes y generar un debate más enriquecedor.
La era de las redes sociales
Las redes sociales, como Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, se han convertido en canales de comunicación clave para los políticos. Estas plataformas ofrecen una interacción directa con los votantes y la oportunidad de difundir mensajes políticos de manera masiva. Veamos por qué las redes sociales son tan importantes en la política actual:
- Alcance masivo: Las redes sociales tienen miles de millones de usuarios en todo el mundo, lo que proporciona a los políticos una audiencia global potencialmente ilimitada. A través de publicaciones, vídeos y transmisiones en vivo, los políticos pueden comunicarse directamente con millones de personas, independientemente de su ubicación geográfica.
- Participación ciudadana: Las redes sociales han democratizado la participación política, permitiendo que las voces de los ciudadanos comunes sean escuchadas. Las plataformas brindan un espacio para el debate público, la expresión de opiniones y el contacto directo con los representantes políticos. Esto fomenta una mayor participación ciudadana y una conexión más cercana entre los políticos y sus electores.
- Segmentación precisa: Las redes sociales ofrecen herramientas de segmentación avanzadas que permiten a los políticos dirigirse a audiencias específicas basadas en factores demográficos, intereses y comportamientos. Esto les permite adaptar sus mensajes y estrategias de campaña para llegar de manera más efectiva a grupos clave de votantes.
- Retroalimentación instantánea: Las redes sociales proporcionan una plataforma en tiempo real para recibir
En definitiva, la nueva política ha llegado para quedarse y los partidos que antes conecten con las nuevas formas de comunicación tendrán más posibilidades en sus futuras campañas, aunque siempre habrá que buscar un equilibrio entre la cercanía de tú a tú y el lanzar tu mensaje al mayor número de votantes posibles. Quizás habría que buscar un forma híbrida entre redes sociales, medios de comunicación tradicionales como la radio y la prensa y un cara a cara cercano, de casi puerta a puerta, sobre todo para los candidatos noveles que son los que parten con más desventaja en términos de popularidad.