Tik Tok devuelve la cultura pop de los 80 y 90 a los gen Z

Desde la web de cómics, música, cine, series y videojuegos Cultture.com, se ha realizado un estudio sobre la música dentro de TikTok.

Como ya conocemos, TikTok está revolucionando la forma tanto de crear contenido como de consumir las redes sociales. Siendo una plataforma en la que la mayor parte de sus usuarios tienen entre 16 y 25 años, podríamos esperar que el contenido que se consume sea exclusivamente ligado a las modas del momento, pero no es así. En el transcurso del 2020, los llamados “challenges” o retos de baile son los más destacados, cada pocos días sale uno nuevo y dura varias semanas en las que los millones de usuarios de Tik Tok hacen sus mejores galas para darse a conocer bailando. Y lo importante de estos retos es la base: su música.

Desde Cultture.com hemos estado recogiendo las listas de éxitos de Tik Tok, ya no solo en los retos de baile, sino también en calidad de todo el contenido que se sube a la plataforma. Dentro de la lista, como es lógico, se cuelan los hits del año como Savage Love de Jason Derulo, uno de los artistas que más dominan esta red social. Pero lo sorprendente es la “recuperación” de éxitos de las décadas anteriores como 70, 80 y 90.

¿Están los jóvenes descubriendo la calidad musical del final del siglo XX?

Pues eso parece, ya que las reproducciones de canciones como YMCA de The Village People lanzada en 1978 o Can’t take my eyes off you de Frankie Valli en 1967 vuelven a triunfar en las listas de éxitos de los reproductores en línea.

Un curioso caso ha sido el que ha rodeado al grupo Fleetwood Mac con su canción Dreams. La canción fue lanzada originalmente en 1977, pero gracias a un hombre que subió un video a TikTok montando en su monopatín, relajadamente y bebiendo un zumo, transmitió las buenas vibraciones de la canción a millones de personas, teniendo ahora su video más de 11 millones de “likes” y acumulando hasta la fecha más de 72 millones de visitas, lanzando así este video a las listas de los más vistos en Tik Tok.

Tras este suceso, el grupo se vio sorprendido por como su canción de hace más de 40 años tuvo un aumento de más de un 1000% en las búsquedas de todos los reproductores musicales, así como miles de comentarios de una generación Z enamorada de la canción, asegurando que se ha convertido en su canción favorita.

No es solo música, bailes a ritmos 80 y con pasos a juego de la época vuelven a poblar las nuevas pistas de baile virtuales. Uno de los últimos en sumarse ha sido Boney M con su famoso Rasputín de 1978, convertido en todo un reto mundial tratando de realizar los pasos de baile popularizados a su vez en el año 2016 por el juego Just Dance de Nintendo. Desde adolescentes hasta médicos que han explicado cómo esta canción y rutina de baile ayuda a enfermos y personas con problemas motrices, han devuelto los ritmos ochenteros a una red social que se ha popularizado en 2020, cuarenta años después.

Las modas se reciclan en todos los ámbitos

La música también se recicla, como están observando muchos artistas. ¿Volveremos a escuchar por tanto éxitos como All around the world de Lisa Stansfield en 1989 o Break my stride de Matthew Wilder en 1983 en las modernas discotecas, bailadas por adolescentes nacidos a partir del 2000? Es altamente probable, sea en versión original o hecha un remix en colaboración con algún artista o dj actual, veremos próximamente como estos éxitos vuelven a disfrutarse y a renovar la industria musical.

Opinión | Libertad, somos libres

Hoy comienza lo que se ha denominado la nueva normalidad, libertad de movimiento, somos libres. Ya podemos viajar e intentar rescatar eso que nunca debimos de perder, aunque mucho me temo, que por más pandemias que recibamos, el burro siempre aprenderá antes que el hombre.

Yo no soy de celebrar el día de tal o de Pascual, todos los días hay motivos para celebrar algo, y este sistema siempre se empeña en encasillarlo todo, en tenerlo todo bien ordenado, como si de un puzzle gigante se tratara, para cuando ellos lo deseen, tirar todas las piezas sobre la mesa y que volvamos a colocarlas cada una en su lugar, mientras tanto, estamos sumisos y callados. Pero hoy es el día de la música, esa que nunca falla, siempre está ahí, presente, no hay virus que pueda con ella.

Las canciones pueden ser relevantes para las personas por muchos motivos, bien porque se sienten identificados, bien porque sus letras son desgarradoras, o simplemente porque el ritmo nos atrapa, aunque no tengamos ni idea de lo que dice la canción, algo habitual si observamos el panorama musical a lo largo de la historia reciente. Uno de los objetivos que me marqué hace algún tiempo y que me está produciendo una satisfacción enorme, era saber el origen de las canciones, el por qué un autor escribió esa canción, las circunstancias que la rodean. Es un trabajo minucioso, a veces imposible de llevar a cabo, pero cuando consigues hacer la autopsia a una canción, puedes encontrar y descubrir cosas fascinantes.

“Vimos a muchos armenios que habían llegado antes que nosotros y se habían convertido en esqueletos. Nos rodeaban tantos esqueletos, que parecía que estuviésemos en el infierno. Todos estaban hambrientos y tenían sed, y buscaban caras conocidas que les ayudasen. Nos sentimos terriblemente desesperanzados”

Superviviente armenio deportado a Siria

Guerras, lamentablemente, ha habido muchas, pero quizá cuando hablamos de genocidios casi siempre lo primero que nos viene a la mente es el Holocausto nazi, y quizá por número de víctimas, es probablemente el más importante. Pero antes de Hitler, hubo otros mandatarios que pusieron en práctica el terror, que sembraron de horror y sangre la tierra. A finales del siglo XIX los armenios, cristianos, convivían con más pena que gloria dentro del Imperio Turco Otomano (musulmanes en su mayor parte). Pero esa convivencia comenzó a quebrarse a partir de la derrota del Imperio Turco Otomano frente a los rusos, así que gran parte de los habitantes de las tierras perdidas, buscaron su lugar dentro de su Imperio, invadiendo las regiones de mayoría cristiana, como Anatolia. Todo ello provocó que el Sultán Abdul Hamil II llevará a cabo una represión que acabó con la vida de aproximadamente 300,000 armenios. Desde entonces nada volvió a ser igual, y frente a las protestas armenias, se llevó a cabo más mano dura, de hecho incluso se provocaron alzamientos para justificar las masacres. Se estima que entre 1915 y 1917 fueron asesinados más de 1.300.000 de armenios, algunos fusilados, otros, decapitados y otros, simplemente, dejándolos morir de hambre. No solo se buscó el exterminio físico como tal, que fue evidente, sino que se trató de exterminar la cultura armenia que tenía un gran peso específico en la zona de Anatolia, sin ir más lejos, la industria de los platillos (crashes, rides, hit-hats) de las baterías tienen su origen en el pueblo armenio, una de las marcas más reconocidas a nivel mundial Zildjian procede de un empresario armenio, aunque actualmente se fabrique en Estados Unidos.

El río Aras es el que cruza la frontera de Turquía y Armenia, lugar donde se realizó una de las masacres más crueles del genocidio armenio. System of a Down y su canción Holy Mountains hacen referencia a este río y al genocidio armenio por parte del Imperio Turco Otomano.

Holy Mountains

Can you feel their haunting presence?
Can you feel their haunting presence?

Liar! Killer! Demon!
Back to the river Aras!

Someone’s blank stare deemed it warfare

Liar! Killer! Demon!
Back to the river Aras!

Freedom
Freedom
We’re free
We’re free

Can you hear the holy mountains?

Liar! Killer! Demon!
Back to the river Aras!

Someone’s mouth said: Paint them all red

Liar! Killer! Demon!
Back to the river Aras!

Freedom
Freedom
We’re free
We’re free

They have returned
Resting on the mountainside
We have learned that you have no

They have returned
Resting on the mountainside
We have learned that you have no

Honor! Murderer! Sodomizer!
Back to the river Aras!

They have returned
Resting on the mountainside
We have learned that you have no

Honor! Murderer! Sodomizer!
Back to the river Aras!

Freedom
Freedom
We’re free
We’re free

Montañas Sagradas

¿Puedes sentir su presencia inquietante?
¿Puedes sentir su presencia inquietante?

¡Mentiroso! ¡Asesino! ¡Demonio!
¡Vuelvan al río Aras!

La mirada vacía de alguien se consideraba guerra

¡Mentiroso! ¡Asesino! ¡Demonio!
¡Vuelvan al río Aras!

Libertad
Libertad
Somos libres
Somos libres

¿Puedes oír las montañas sagradas?

¡Mentiroso! ¡Asesino! ¡Demonio!
¡Vuelvan al río Aras!

Alguien dijo: Pintarlos a todos de rojo

¡Mentiroso! ¡Asesino! ¡Demonio!
¡Vuelvan al río Aras!

Libertad
Libertad
Somos libres
Somos libres

Han regresado
Descansando en la ladera de la montaña
Hemos aprendido que no tienes

Han regresado
Descansando en la ladera de la montaña
Hemos aprendido que no tienes

¡Honor! ¡Asesino! ¡Sodomizador!
¡Vuelvan al río Aras!

Han regresado
Descansando en la ladera de la montaña
Hemos aprendido que no tienes

¡Honor! ¡Asesino! ¡Sodomizador!
¡Vuelvan al río Aras!

Libertad
Libertad
Somos libres
Somos libres

Felicidades Don Carlos

En un armario Doña María
siempre guardaba oliendo a alcanfor
una bandera de Andalucía,
bien doblaita en un cajón.
Y la anudaba un palo de escoba
donde ondeaba su corazón.
La echaba al hombro y se iba sola
a escuchar a Carlos Cano en manifestación.
Y Carlos fue a desempolvar
el himno del pueblo andaluz
que en un decrépito baúl
guardó la dictadura
y lo vistió de domingo,
lo puso relindo.
Y con su guitarra lo fue a pasear
por las gargantas de un pueblo
en ansiedad de tierra y libertad.
Y Carlos Cano, voz cantadora,
puso en la calle la banda sonora de Andalucía
cuando mi pueblo peleó su autonomía, su autonomía.
Y Andalucía se sintió de nuevo libre
y Andalucía regresó a los corazones.
Andalucía despertó de un sueño horrible
y volvió la blanca y verde a los balcones.
Aunque en Granada nació,
fue parido en Nueva York,
que le devolvió la vida.
Carlos Cano es la canción,
el espíritu y la voz
del pueblo de Andalucía.

Comparsa, Los Currelantes

Y podrías ser mi padre, no por genética, pero sí por la edad, después de todo, solo es separa un año y mil versos. Y tu voz no se escapa por los desagües de las habitaciones sombrías, tu voz, se derrama por los balcones que miran al mar, desde Cádiz hasta La Habana, con una parada obligatoria para besar a María “La Portuguesa”. Porque tu voz fue más allá, nació en Granada, murió en Granada y por el camino tuviste mas de una docena de romances, porque tu voz no podía pertenecer solo a una ciudad, tu voz era andaluza por excelencia, universal por derecho propio.

Y hay que morir con tus versos…

Que tengo un amor en la Habana, y el otro en Andalucía
No te he visto yo a tí tierra mía, más cerca que la mañana
Que apareció en mi ventana de la Habana colonial.
To’ Cádiz, la Catedral, la Viña y el Mentidero.
Y verán que no exagero, si al cantar la habanera repito
La Habana es Cádiz con más negritos,
Cádiz es la Habana con más salero.

Que dejen de cantar los pájaros, que llega el trovador del pueblo, que la poesía se arrodille al poeta, que la Alhambra ya mira con tristeza a quienes admiran su Historia. Una murga carnavalera camina por las calles estrechas del barrio de la Viña, la copla grita tu nombre desde lo más alto de la Giralda. Y ya van veinte.

Son unos zapatos elegantes los que se escuchan de madrugada, una rumba salsera para que amanezcas donde quieras, que lo mismo paseas por Sacramento o por el Malecón, un beso directo al corazón, una palabra aterciopelada ¡qué sabrán los del perreo! Y todavía guardo los tesoros de tus estrofas bajo el mando del recuerdo del momento en el que te conocí, aunque pensándolo bien, qué más quisiera yo haberte conocido,… el momento en el que te descubrí, ni una palabra más, ni una menos, ni una nota discordante, magia entre las flores del parque de tu ciudad amante.

Felicidades Don Carlos, hoy es tu 74 cumpleaños…. ¡por muchas más!

Julián Maeso; el americano de Toledo

Julián Maeso nació en Toledo allá por el año 1976, enamorado de la música desde pequeño tocó su primer órgano en la escalonía de la Catedral de Toledo. El niño al que obligaron estudiar solfeo y lo echaron por lo malo que era, confiesa que él de notas no entiende, lo suyo es el oído, ¡y qué oído!.

Julián Maeso es al órgano Hammond lo que Jimmy Page a la guitarra eléctrica, salvando las diferencias del contexto musical que les ha tocado vivir. Pero Julián Maeso posee el don de la música, algo que no todos los que tocan música pueden decir, puedes tocar, pero no tienes por qué sentir, Maeso mima la música y para ello, con el paso del tiempo, se hizo multinstrumentista, dominando casi cualquier instrumento que cayera en sus manos. Fruto de ese virtuosismo, Julián fabrica una música muy particular, con tintes norteamericanos, el folk, el jazz, el blues, el rock, cada canción suya tiene una pincelada que demuestra el buen gusto de este americano de Toledo.

Julián Maeso – The Road Less Travelled

Julián comenzó su andadura musical en varios grupos, aunque con el que más le marcó quizá fue Sunday Drivers, ya que le permitió viajar por todo el mundo a base de festivales, grabando en San Francisco (EEUU), incluso giró con el popular grupo M-Clan, pero el destino le deparó una carrera en solitario, que comenzaría tras un parón de un año, donde desconectó de la música para trabajar de camarero, reparando pianos y otros trabajos. Julián se convirtió en un mercenario de la música, tocaba en varios grupos al mismo tiempo y el caos de los ensayos y las giras hizo que finalmente se decantara, por suerte para nosotros, por dedicarse a su carrera en solitario. De esta forma, en el año 2012 sacó su primer disco Dreams Are Gone, con su particular toque en el que trabaja varios estilos, aunque todas las canciones tienen la melancolía de quien ha sufrido en esta vida, pero mostrándose como un músico total, voz, órgano Hammond, guitarras eléctricas y acústicas, bajo, batería, Mellotron, órgano Wersi Orion, Wurlitzer, piano, ukelele, armónica, melódica, Nautilus…

La fusión de estilos también dominó One way ticket to Saturn (2014), un álbum de una fuerza inusitada, impulsado por unas canciones en las que el optimismo del funk y el rock setentero ocupan el lugar que antes dominaba la nostalgia blues. Del disco doble con 19 temas de Dreams Are Gone, a las nueve canciones concisas y directas de este segundo poderoso y contagioso álbum. Aunque tiene canciones cantadas en español, prácticamente la totalidad de sus discos están cantados en un inglés fluido que no desentona, y que hace meterse de lleno en la música que representa y que toca.

Discografía

En Somewhere Somehow, publicado recientemente, Maeso se entrega al instinto salvaje del entusiasta del rock para completar una obra apasionante. Se deja el alma en las 11 joyas que lo componen, diversas todas ellas, diferentes incluso entre su punto de partida y el de llegada, invitando al oyente a convertirse en protagonista de un viaje por colores y sonidos en el que se conoce el origen, pero nunca el destino.

Si te gusta la mezcla de sonidos, el blues, el jazz, el folk, incluso el reggae, Julián Maeso puede convertirse en un fijo de tu Spotify, un deleite para los oídos. Quizá merezca una oportunidad, es un fijo de mi colección particular.