Opinión | El pueblo unido, jamás será vencido

De pie, luchar
Que vamos va a triunfar
Avanzan ya
Banderas de unidad

Y tú vendrás
Marchando junto a mí
Y así verás
Tu canto y tu bandera florecer

La luz
De un rojo amanecer
Anuncian ya
La vida que vendrá

De pie, luchar
El pueblo va a triunfar
Será mejor
La vida que vendrá

A conquistar
Nuestra felicidad
Y en un clamor
Mil voces de combate se alzarán

Dirán
Canción de libertad
Con decisión
La patria vencerá

Y ahora el pueblo
Que se alza en la lucha
Con voz de gigante
Gritando: ¡adelante!

El pueblo unido, jamás será vencido
El pueblo unido, jamás será vencido

Grupo Quilapayún | Foto: BBC

Así decía la canción que hizo popular la frase “El pueblo unido, jamás será vencido”, canción compuesta en 1973 por Sergio Ortega con la colaboración de Quilapayún y que fue cantada por primera vez algunos días más tarde, en una impresionante manifestación de las mujeres allendistas en la Alameda de Santiago, en Chile.

Hace unos días, recibí la llamada de la presidenta del AMPA del IES Casas Viejas y no habían pasado más de dos minutos, cuando entendí que el problema que me planteaba era también mío, es decir, desde el segundo minuto, supe que no se trataba de un problema puntual del AMPA o del propio instituto, sino que era algo que iba más allá, que afectaba a todo un pueblo, al futuro de Benalup-Casas Viejas.

Después de esa llamada hubo alguna que otra reunión, entrevistas, trabajo de diseño, la creación de panfletos y pancarta, difusión en los medios de comunicación y entrevistas de radio y televisión, y todo desembocó en una concentración prevista para ayer miércoles a las 20.00 horas. El resultado, 80 personas, mal contadas apoyando a la educación de nuestros jóvenes, apoyando que concedan a nuestro instituto un Ciclo Formativo de Grado Superior de Comercio Internacional.

Si Benalup-Casas Viejas tiene un total aproximado de 7000 habitantes, la concentración fue secundada por el 1,14% de la población de nuestro municipio. Creo que solo había que tener los ojos abiertos para saber que ayer Benalup-Casas Viejas tendría que haber estado unida ante una problemática que afecta a todos en mayor o menor medida.

Es perfectamente entendible que había mucha gente trabajando, otras tenían tareas ineludibles, cuidado de personas, cuidado de niños pequeños, personas enfermas, otros que por distintas razones no se encontraban en la localidad, pero somos 7000 habitantes, por lo tanto no es descabellado pensar que al menos 500 personas podrían haber asistido, aunque claro, para asistir hay que salir de la zona de confort.

Foto: J.A.S.Alconchel

La tradición estudiantil a lo largo de la historia se ha marcado con el sello de irreverentes, de amigos de la revolución, de levantarse contra el sistema, de lucha, de justicia, de esos valores que han llevado a los seres humanos a conseguir grandes avances. No soy un antisistema, ni mucho, ni me voy a poner de ejemplo, pero recuerdo alguna que otra huelga sentado junto a mis compañeros exigiendo lo que pensábamos que era justo, y he pasado algún que otro día en la puerta del rectorado de la universidad para decirles a quienes nos gobiernan de una u otra manera, que así no se hacían las cosas. En ocasiones las conseguíamos, aunque en honor a la verdad, la mayoría de las veces, teníamos que seguir la lucha otro día, otro año, otro curso.

No estoy seguro de lo que digo, pero si mi vista no me engaña, no vi a ni un solo estudiante actual del IES Casas Viejas en la concentración, muchos están en sus viajes de fin de curso, más que merecidos, otros estudiando para finalizar los exámenes de la PEvAU (media hora de descanso tampoco les hubiese venido mal), pero hay otro porcentaje que no apareció, como si la cosa no fuera con ellos, cuando son los más afectados… alguno ya ha esbozado “eso son cosas de mis padres” y quizás no le falte razón, esta generación mal llamada “de cristal” la estamos haciendo los padres (siempre hay excepciones que confirman la regla), estamos quitándole responsabilidades porque para eso ya estamos nosotros, para trabajar, para luchar por su futuro, para acogerle en nuestros brazos y que no le roce el viento de levante, bueno de ese no escapa si se queda por esta zona a vivir. Otra palmadita en el hombro, y nos vemos en septiembre.

Manifestación por la segregación

El AMPA está compuesta, aproximadamente, por 150 familias. ¿Dónde estaban? Podéis ver cualquier foto y creo que no se pueden contar más de 10, 15 todo lo más. Más allá del fin, que, yo, particularmente, lo encuentro de vital importancia para el futuro de Benalup-Casas Viejas, me parece una falta de respeto por las compañeras y compañeros que se han involucrado y trabajado todo esto, pintando, llamando a unos y a otros para dar difusión, compartiendo en redes sociales para llegar a más gente, fotocopiando los panfletos para que todo el mundo supiese la realidad de lo que está ocurriendo, concediendo entrevistas con lo difícil que resulta ponerse delante de una cámara o un micro cuando sabes que te están viendo o escuchando cientos de personas, incluso miles.

Y Benalup… ¿Dónde estabas Benalup-Casas Viejas? Hay varios pilares básicos para el desarrollo socieconómico de un pueblo. La educación, la formación, el hacer una población más preparada, es quizás, la más importante de todas y siento que nuestro pueblo no ha estado a la altura. Ese espíritu rebelde, ese que nuestros antepasados forjaron con sus manos e incluso su sangre, se ha diluido como jabón en un cubo de agua. Seguramente todo habría sido diferente si la concentración llevara el nombre de Marathón o Vaquillas.

Yo no soy nadie para juzgar a nadie, ni es mi intención, solo expongo los hechos, tal cual los he vivido. La frase de la canción de Sergio Ortega, “El pueblo unido, jamás será vencido” tiene grandes dosis de verdad, pero ayer, amigos míos, Benalup-Casas Viejas no la hizo buena.

Posdata: En los comercios de Benalup-Casas Viejas hay hojas para recoger firmas y llevarlas a la autoridad competente para que nos escuchen. Por si alguien tiene a bien apoyar la causa.

Papelería May

Deportes Alcalá

C&M

Hugoman

Asesoría Moguel

Papelería Miguel Román

Bar Oze Mari

Caprichos Moda

Ayuntamiento de Benalup-Casas Viejas

AMPA SAFA Las Lomas

AMPA Padre Muriel

IES Casas Viejas

Continuará…

Un domingo cualquiera

Domingo de fútbol.
Día de los trabajadores y trabajadoras.
Día de la madre.
Para ellas este pequeño regalo. Sin apenas entrenamiento, he tenido la suerte de poder alinear a 11 cracks y obtener un bonito resultado.

La de la telenovela de 1000 capítulos con idéntico guión. Ella está en los créditos de nuestra historia sin terminar; candidata al mejor guión original. La estatuilla te la ganas tú.

La que no cotiza y madruga para que los suyos tengan base de cotización.

La que cotiza y madruga para empezar y terminar de madrugá’.

La que discute contigo hasta la saciedad al mismo tiempo que recarga el micrófono de tu voz cuando te das por vencido.

La del NO rotundo para que pronuncies tu mejor SI.

La que se equivoca en los consejos en ocasiones para que tú aciertes siempre; siempre y cuando no los nuble tu entrecejo.

La que repara tu vida sin más herramienta que un kit “Made in casa” mil veces empleado.

La que encaja las piezas sobrantes.

La precursora de las redes sociales con las notas en la mesa y la ortografía por los suelos (el NO rotundo te hace entender casi todo).

La que a veces le falta cariño pero lo encuentra siempre entre los dedales y recetas del cajón. Ese cajón en el que almacena quejas para ordenarlas junto a remedios con la dosis justa de sanación.

La que permite que negocien con su día cada primer domingo de mayo. No negocies con los suyos, las hojas de reclamaciones no son infinitas.

La que lo da todo. Y si no, es porque no tiene, no puede o lo reparte.

La de “Un poquito más, anda” (aplicable a la comida, al estudio, al trabajo).

La que hace de padre cuando los testículos del segundo no aparecen.

La que acumula noches en vela mientras las luces de largo alcance encandilen sus sueños.

La que abre la persiana de la vida cuando el alcohol hace estragos.

La del puchero congelado por si acaso.

La que lo es sin más parentesco que el compromiso, la empatía y el buen hacer.

La que lo será. Mientras conjuga el futuro y lo decora de patucos, colores y nombres.

La que contempla orgullosa el fruto de lo conseguido desde su asiento a medida un domingo cualquiera.

La de la tristeza infinita. La zona sombría del jardín que cultivó dejó de florecer.

La que no está pero dejó todo bien preparado antes de irse.

El que está y utiliza las letras para expresar. Las palabras, los halagos, las muestras de cariño, la paciencia las dejó en el cordón umbilical.

Opinión | Vamos a “escuchá”

“Luna, Luna,
riñe a las criaturas del campo
dile a los gorriones
qué no se posen en mi palo.
Luna, Luna,….
Desata mi silencio
Qué quiero ser un hombre…”

Sigue sonando el comienzo del popurrí del aquel casete treinta años después; en soportes que no sentirán el tacto de un bolígrafo cuya función principal se pone a descansar.

(….)

-¿Otraz vez escuchando carnaval en tu casa y no vas a ver a las de tu pueblo? – se oyó al fondo del pasillo.

– Si ver, las veo, – contestó invitándole a pasar al teatro improvisado del dormitorio

– ¿Entonces? – replicó el otro.

– Tengo un deseo que es casi una utopía.

– ¿Cómo? ¿Cuál? – preguntó impaciente mientras reducía el volumen del reproductor al silencio.

(Qué rabia que siga reproduciéndose sin oír lo que intentas aprender)

– Acomódate y te recito el repertorio:

Quiero escuchar a aquel de la izquierda (soy zurdo, quizás sea el motivo) que destrozaba el papel de aluminio con el premio de un bocadillo que tenía sus días contados en media hora de recreo. Quiero escuchar a su hermano que lo admiraba antes que yo.

Solo quiero escuchar al niño pedir un libreto al padre y el sonido del beso de las monedas al despedirse y abandonar un bolsillo lleno de colorines. Quiero oír bajito las gracias del que no lleva más disfraz que el de la inocencia y los colores de un día soleado. El único blanco que se ve es el de su sonrisa.

Quiero escuchar aquel estribillo que oía aquel niño de 12 años, que sentado aprendía en las tablas de El Dornillo. Aquel que perseguía a su agrupación con la presentación en el recuerdo y el popurrí en la memoria.

Quiero que ese niño ya padre, disfrute con la imagen de su heredero, en conocimiento, aprendiendo, respetando y escuchando carnaval.

Quiero seguir oyendo la posible herencia del carnaval en las primeras palabras detrás de un micrófono, de cuya propietaria me separa la edad y una pared con no más grueso que el ancho de una serpentina. Hay épocas en que las construcciones son de chirigota.

Quiero escuchar las cuartetas de aquel que ha hecho de la generosidad y dedicación su profesión, su labor. Aquel, que desde la distancia y con una ensaimada en la mano, divisa y crea pasodobles y cuartetas antes que la Navidad nos regale su visita. Aquel, que de los descartes de propios y extraños forma la palabra LIBERTAD.

(LIBERTAD, algo tan necesario en carnaval y que por motivos de “vete a tu saber” se quedan guardadas en el local de ensayo. Mis “vete a tu saber” durarían más que un popurrí y me tengo que ceñir al tiempo del pase, no vaya a ser que me sancionen).

Quiero seguir escuchando los recuerdos del antiguo coplero al cruzar la puerta de esa casa, donde el olor del puchero y el pitido de la olla, calentada con el fuego en llamas, suena mejor que cualquier pasodoble.

Que no se me olvide que la comparsa del Puerto es la mejor de todas; que si me olvida, él me lo recuerda hasta que los bostezos hacen acto de presencia recordando a Los Dormilones.

Quiero oír vuestros aplausos entre “olés”, “qué buenos son” y “otra”. Quiero que suenen más fuertes y sean más duraderos que sus propias razones:

Cuatro meses sin dar las buenas noches a la hora de siempre.

Cuatro meses sin más cena que un acorde.

Cuatro meses cerrando su negocio y sustento con el premio de la cuota de un disfraz.

Cuatro meses de madrugones con el repertorio en la cabeza y el volante en las manos.

Cuatro meses junto al bombo y la caja. Un bombo cuyo diámetro se mide por semanas y suena sin baquetas. Una caja que crece con el sonido de las entrañas del bombo, cuyo eco es inversamente proporcional al popurrí de colores de disfraces diminutos; de regalos que caducarán en menos de dos piñatas. Una caja con el eco de las sonrisas de los autores de una agrupación; con la letra de un nombre y la música de dos apellidos.

¿Acaso no merecen dos semanas de respeto cuatro meses de ensayos?, le pregunté con musicalidad de cuplé.

Empieza un año más.

Bajad el tono, quiero escuchar carnaval.

Opinión | ¿Es el fin de las vaquillas?

No pensaba escribir sobre esto ni sobre nada en absoluto, pero anoche mientras escuchaba la chirigota de los Yesterday de Juan Carlos Aragón me acordé de Salus. Estoy seguro de que a estas alturas ya tendríamos un post de los suyos agitando el avispero con el asunto de las vaquillas. Como no soy él, antes que nada, me gustaría encomendar mi alma a la divina providencia para que el posible vapuleo no me deje hecho un guiñapo. “El que no llora no mama”, decía el maestro, a lo que le sumo con su permiso “el que calla, otorga”, y como la cosa no está para otorgar gratuitamente, allá va mi reflexión.

Desde hace una década, probablemente más, cada año la celebración de la Fiesta de la Independencia o “las vaquillas”, como es comúnmente conocida, ha sido objeto de polémicas e innumerables controversias. Todas estas casi siempre han girado en torno al aumento de los excesos de alcohol y drogas, los desórdenes públicos y la suciedad generada en pleno casco histórico. Hay quienes opinan que dicha celebración ha sufrido una progresiva degeneración desde la primera década de los dos mil. Argumentando que en sus comienzos este evento no padecía la masificación de los últimos años, la cual señalan, acabó con el inicial espíritu integrador de la población local. Los más críticos acusan directamente al ayuntamiento de ser cómplice de la negativa deriva que poco a poco había tomado la festividad.

Lo cierto es que la predisposición al “botellón” entre los más jóvenes no es un problema exclusivo de la Fiesta de la Independencia. Más bien se trata de una tendencia en casi todos los festejos de nuestra geografía nacional en las últimas décadas. Igualmente es conveniente destacar que algunas localidades colindantes con eventos parecidos como Vejer de la Frontera o Paterna de Rivera prohíben el consumo de alcohol en la vía pública o al llamado botellón. Aunque esta medida no evite en absoluto dicha práctica entre los más jóvenes y no tan jóvenes.

Siendo pragmáticos con lo acaecido hay que reconocer que el consistorio se ha atrevido a hurgar en aquello que hasta hace muy poco parecía intocable. La propuesta es muy valiente, aunque las formas parezcan bastante peregrinas. Una vez descorchado el tapón y tras regarse un poco de bilis por el suelo iniciemos el debate y hablemos de TRANSFORMACIÓN. No nos excusemos en la pandemia la cual nos tiene a todos hasta las mismísimas narices. Tampoco se debe menospreciar este asunto, ya que tras dos duros años de restricciones de toda índole, la población se encuentra en su derecho de reclamar una buena bacanal donde ahogar las penas del desamparo y la merma de expectativas que ha dejado la crisis sanitaria tras de sí.

Sin entrar en más detalles les presento una serie de alternativas que, por norma general, han sido propuestas por los vecinos de diferentes ideologías en las distintas tertulias en las redes sociales a lo largo de los años:

  • ¿Toros sí, botellón no?
  • ¿Verdaderamente es vital la suelta de reses por la vía pública para la pervivencia de la fiesta? ¿O puede ser lo mismo o mejor sin ella?
  • ¿Sustituir la tradicional fiesta por otro tipo de festival en otra ubicación del municipio?
  • ¿Defender el festejo a toda costa?
  • ¿Acabar con la Fiesta de la Independencia tal y como la conocemos por actos culturales en conmemoración de la segregación con Medina Sidonia?
  • ¿Confeccionar un formato hibrido entre suelta de novillos en el centro y la organización de otros eventos en diferentes enclaves de la localidad?
  • ¿Exportar íntegramente el formato actual al recinto ferial realizándose la suelta de reses en una plaza portátil, como así se hace en otros municipios andaluces?                                                                                      

El propósito es que a partir de estas premisas se motive un debate respetuoso y razonable donde se manifiesten todos los pros y contras de esta festividad con el fin de concebir una posible alternativa viable con miras al futuro. No resultará beneficioso para el bien común un cambio o transformación de este acontecimiento social contando solo con la participación y beneplácito de algunos actores económicos del municipio. Los cuales se limitarán a defender aquella postura más ventajosa para sus intereses.

Si tanto importa el devenir de esta celebración se debería exigir a la institución local más transparencia con sus verdaderas intenciones y una más que razonable justificación. Sin escudarse en excusas COVID. Sería primordial tener en cuenta a todas las partes por igual en vez de establecer medidas “para el pueblo, pero sin el pueblo”.

Relato | Comportamientos convencionales (parte 2)

Leer parte 1 antes de comenzar

Ha llenado la copa hasta arriba de vino tinto, ese tan bueno que les regaló su suegro las pasadas navidades y que Christoph insistía en reservar para alguna ocasión especial. Desde la barra de la cocina, donde está sentada en un taburete, escucha como se abre la puerta de la entrada y oye la voz de Christoph hablando y una voz dulce que le responde. Entra en la cocina con Ürsula la de los ojos verdes, aquella arquitecta tan estupenda que trabaja para él, de la que tanto admira las cúpulas bulbosas al estilo de los templos ortodoxos con las que remataba sus edificios y de la que tanto hablaba hacía un año hasta que Christina la vio en una foto de la cena de empresa en la que reía exageradamente agarrada al brazo de Christoph, y le inquirió señalando el pecho de ella, si aquellas eran las cúpulas bulbosas que tan inspiradoras le parecían. “Hola cariño. Te he puesto un Wasap para avisarte de que he invitado a Ürsula a cenar, pero no te ha llegado. Ulrich también viene de camino, su vuelo de Portugal acaba de aterrizar. Queremos celebrar que hemos ganado el concurso para construir la nueva ópera de Lisboa. Según Ulrich, la imagen de las cúpulas de Ürsula sobre mis férreos muros ha sido definitiva para que nos den el proyecto. Dicen que le aportan sensación de movimiento y una acústica extasiante”.

Christina mira la escena boquiabierta. Ni siquiera ha sido capaz de contestar como corresponde al saludo de la invitada. Christoph sirve dos copas de vino más y rellena la de su mujer mientras la mira con gesto contrariado al darse cuenta de que ha abierto la botella que les regaló su padre. Después, mientras sigue hablando con emoción de su proyecto, coge unos muslos de pollo de la nevera, algunas verduras, un bote de salsa de soja, el cuchillo grande con el que le gusta trabajar en la cocina y los sitúa sobre la encimera. Está a punto de empezar a cortar cuando recuerda que ha olvidado algo. Abre el segundo cajón bajo la vitrocerámica y saca un delantal con estampado de pata de gallo. Se lo pasa por la cabeza y le pide a su mujer que se lo ate a la espalda. Christina sigue sin palabras e inmóvil y ante su pasividad, Christoph suspira y pide a Ürsula que se lo ate ella. Christina ve como la compañera de su marido, le roza el culo desnudo al hacer el nudo. Siente con extrañeza cierto sentimiento de alivio o de menor incomodidad, al ver que ahora al menos, con el mandil, su cuerpo está tapado por delante.

Christina sigue algo abstraída durante la cena. Apenas contesta con monosílabos cuando los otros dos tratan de involucrarla en la conversación. Christoph incluso aprovecha que Ürsula va un momento al baño para preguntarle si todo va bien, que la nota ausente, pero Christina es incapaz de verbalizar el motivo de su incredulidad. En un momento determinado, suena el timbre y Christina se adelanta a su marido para abrir ella. “¡Christina! ¡Me alegro mucho de verte! ¡Supongo que ya te habrá contado Christoph!” “Ulrich, espera, tengo que decirte algo” dice ella agarrándolo por la muñeca y sosteniéndolo en el alféizar. “No sé qué le pasa a Christoph, está… no sé cómo explicarlo, será mejor que pases y lo veas tú mismo. Llevo desde ayer como si estuviera en una pesadilla de la que no puedo despertar”. Ulrich, inquieto, pasa rápidamente al comedor. No hace falta que nadie le indique el camino en esa casa donde ha pasado tantas veladas con su amigo de la universidad y ahora socio y su mujer. Christoph se levanta para abrazarlo mientras Ürsula aguarda su turno con una sonrisa, pero Ulrich frena en seco a su amigo y lo mira de arriba abajo con cara disgustada. “¿Qué te ocurre, Ulrich? ¿Acaso no estás contento?” “Claro que estoy contento, pero antes de las celebraciones quiero una explicación.” “¿Qué tengo que explicar?” “Me parece mentira que no lo sepas, Christoph. ¿Pero en qué maldito mundo vives?” “De verdad, que no te estoy siguiendo” “Ürsula, ¿tu no has notado nada?” Ürsula enrojece y mira a su plato sin querer intervenir en la discusión de sus dos jefes. “Quiero que me expliques ahora mismo por qué Christina me ha abierto la puerta desesperada. ¿Qué le has hecho, Ulrich? ¿Acaso tu éxito te ciega y no eres capaz de darte cuenta de que tu mujer está mal?” “Ulrich tranquilízate. Es cierto que lleva un poco rara desde ayer pero no le he dado la menor importancia. ¿Cariño te pasa algo?” Con una voz dubitativa y entre náuseas, responde. “Sólo estoy un poco mareada. Enseguida vuelvo”. Christina va al baño y reprime unas arcadas en la taza del váter. En lugar de vómito, son lágrimas lo que salen de su cuerpo. Lanza el vaso con los cepillos de dientes y el dentífrico contra la bañera y estalla en mil pedazos. Se mira en el espejo, se seca las lágrimas y se echa un poco de agua en la cara antes de volver al comedor.

Cuando vuelve, los tres arquitectos dejan la conversación para mirarla e interesarse por su estado. Christoph se levanta y le da un beso en la frente. “¿Todo bien?” Christina le dice que sí, pero está petrificada y no para de temblar. Se sienta en la mesa. Frente a ella, el cuerpo desnudo de Ulrich, más fofo y arrugado de lo que lo recordaba, cuando se acostó con él al poco de empezar con el que pronto sería su marido. De su pene, pequeño y flácido, apenas sobresale la punta envuelta en el prepucio por encima de un descuidado vello púbico. A su lado, mirando de soslayo, sus ojos sólo pueden enfocar las dos enormes cúpulas bulbosas terminadas en penachos rosados y puntiagudos, exactamente igual que las que ha diseñado para coronar los edificios de su marido por toda Europa, iguales a los de la maldita catedral de San Basilio que la saluda desde una de las fotos de su luna de miel en Moscú que tienen en la estantería.

La conversación discurre por unos derroteros que Christina no es capaz de precisar ya que las frases pasan delante de ella como las escenas de una mala película que no deja huella. Tras unos minutos de fingir atención, risas por una anécdota que cuenta Christoph y varios brindis por el éxito de los arquitectos que acaban con gotas de vino manchando el mantel, Christina se excusa con que está indispuesta y se levanta para ir a su habitación. Los demás muestran resistencia, se oponen jugando la carta del chantaje emocional, que hace mucho que no se ven, que le vendrá bien para relajarse, que tiene que celebrar con ellos el éxito. Incluso Ürsula, animada por el alcohol, se levanta y la abraza, presionándola con todo su cuerpo envuelto en una piel desnuda, suave y odiosamente tersa y le pide que se quede con una voz dulce que contrasta con la aspereza de su aliento. Finalmente se zafa, sube las escaleras y se mete en la cama, arropada hasta la barbilla. Abre su libro por el marcapáginas, necesita un poco de cordura para despejar sus ideas, pero no es capaz de concentrarse. Las voces y las imágenes se agolpan en su cabeza. Lo deja. No puede dormirse, así que enciende la tele de su dormitorio. Una entradilla anuncia el noticiario de las 9 de la noche. A Christina se le cae el mando de la cama que rebota contra la alfombra con un ruido sordo. El presentador de las noticias está hablando de las víctimas de un atentado en el metro de Bruselas, pero Christina no atiende a sus palabras. Lo único que puede ver es que el periodista está desnudo, igual que la corresponsal que habla desde las calles de la capital belga, delante de un cordón policial. Christina grita con todas sus fuerzas y aún no ha terminado de salir el aire de sus pulmones cuando Christoph entra corriendo en la habitación.

“Le digo doctor que me encuentro bien, estoy tranquila. He estado muy estresada últimamente y supongo que habré imaginado cosas, habré visto visiones, se me habrán mezclado los sueños con la realidad. Pero estos meses aquí recluida me han sentado bien. Estoy lista para volver a mi casa y a la universidad, para recuperar mi vida. Tengo muchas ganas de volver a ver a mi marido”. “Estoy de acuerdo con usted señorita Christiansen. Voy a darle el alta inmediatamente. Por favor, firme aquí”. Christina coge el papel que le pasa el psiquiatra y lo firma. Sonríe. No porque por fin vaya a poder salir del sanatorio, sino porque el lunar que el doctor tiene en la ingle rasurada, le recuerda al que su marido tiene en el culo

Relato | Comportamientos convencionales (parte 1)

Es domingo por la tarde en casa de los Christiansen. Christina, tras una semana sin un solo respiro, se ha tomado la tarde libre y lee entusiasmada en el sofá el libro que compró el viernes, un ensayo del que todo el mundo habla en la universidad donde da clases, sobre cómo la sociedad tiende a rechazar a las personas que no se prestan a seguir comportamientos considerados como naturales por la comunidad pero que no dejan de ser convencionales si se analizan más en detalle. Está sentada cerca de Christoph, que también lee, en su caso, la sección de actualidad del suplemento dominical.

Cuando Christina termina el capítulo en el que estaba enfrascada, que discurría sobre el debate abierto acerca de si pueden ostentar el estatus de ciudadanía las personas sin redes sociales, levanta la cabeza para observar a su marido. Sostiene el periódico hecho un cilindro entre las manos y mira pensativo el jardín, a través del ventanal que hay frente a los dos sillones grises en los que les gusta sentarse a leer, no sólo por la luz natural que entra, sino también porque es en la pared que enfrenta la ventana donde Christoph, que es arquitecto y diseñó su propia casa, colocó la biblioteca.

Christina lo mira divertida. Está ensimismado, como si estuviera mirando algo en el jardín y al mismo tiempo estuviera perdido en sus pensamientos. El único movimiento que hace es meterse la mano por el cuello de la camisa, a la que ha desabrochado un botón para rascarse el hombro. Lo deja en su mundo y empieza a leer el siguiente capítulo, aún con una sonrisa en los labios. Cuando vuelve a levantar la vista, después de veinte páginas interesantísimas, su marido ha vuelto a retomar la lectura y se le ha borrado la cara de bobalicón que tenía la última vez que lo miró. Parece totalmente normal, salvo por un detalle. Está completamente desnudo. “¿Qué haces?” Christoph la mira sin entender la pregunta, un poco molesto por la interrupción. “¿Por qué te has quitado la ropa?” Aclara ella, sorprendida por tener que matizar una cuestión que le parecía obvia. “Ah, eso. Me molestaba el roce de la camisa con la piel.” “¿También el roce de los calzoncillos?” Christoph se encoge de hombros y vuelve a la lectura del periódico. Christina intenta hacer lo mismo con su ensayo, pero se ha alterado un poco y no es capaz de concentrarse así que se marcha a la cocina a preparar la cena.

El despertador de Christoph avisa de que el fin de semana se ha acabado. Christina se queda mirando el culo atlético de Christoph con ese lunar tan característico en el glúteo derecho, cuando sale de debajo de las sábanas y se mete en la ducha. Ella se levanta y empieza a preparar el desayuno. Está muerta de hambre. Ayer finalmente no cenaron. Con la excusa de que él ya estaba desnudo, hicieron el amor en el sofá, frente al ventanal, y de ahí a la cama, donde volvieron a hacerlo una segunda vez antes de quedarse dormidos.

Christina exprime unas naranjas y espera a oír que el calentador se ha apagado para poner la cafetera y el tostador, pero con el hambre que tiene no lo espera. Coge su tostada, su zumo y su café y se va a su despacho en la buhardilla a preparar la conferencia que tiene más tarde. “¡Tienes el desayuno preparado en la cocina!” Le grita. “Gracias, cariño, enseguida bajo”.

Diez minutos después, Christina escucha sentada frente al ordenador como su marido se despide de ella desde el piso de abajo y le desea buen día. Christina lo ve irse desde la ventana, pero cuando va a volver la vista hacia la pantalla para seguir trabajando tiene que girar bruscamente el cuello de nuevo, incrédula por lo que acaba de ver. Christoph tira la bolsa de basura orgánica, la de plásticos y la de vidrio y camina con su maletín en la mano por la acera hasta la parada de autobús que hay justo enfrente de casa, donde saluda a un par de vecinos que ya esperan allí. Christina los ve atónita charlando tranquilamente durante el par de minutos que tarda en llegar el autobús del eficiente y puntual servicio de transporte público de la ciudad. Christoph paga al conductor y seguramente le pregunta por su familia. Antes de que arranque, se sienta junto a una ventana y levanta la vista hacia la buhardilla para despedirse de Christina con una mano. Con la otra, sostiene el maletín, que es lo único que lleva puesto. El lunar en la parte derecha de su culo desnudo queda aplastado contra el asiento de plástico.

Christina no ha podido concentrarse durante su conferencia. Se le ha trabado la lengua en más ocasiones de las que su pudor le permite recordar, se ha quedado en blanco, ha perdido el hilo y su jefe de departamento le ha preguntado al acabar si se encontraba bien, porque no ha mostrado su habitual frescura en esta charla. Justo cuando está optando al puesto de catedrática, con los meses de estrés y duro esfuerzo que lleva a sus espaldas, a su marido se le ocurre aquella locura.

En cuanto sale del edificio neogótico de la universidad, con sus altos muros de ladrillo rojo y sus pirindolos de hierro acabados en punta, como sus nervios, saca el móvil del bolso y llama a Christoph. “¿Dónde estás?” “En el trabajo, ¿Dónde si no?” “Te han dejado entrar” “¿Por?” “¿Pero qué mosca te ha picado esta mañana” “¿A mí? No soy yo el que parece alterado. ¿Qué tal la conferencia, por cierto?” “No quiero hablar de eso ahora, no cambies de tema” “Está bien, mira yo no tengo la culpa de que estés tan nerviosa. Será mejor que nos veamos luego en casa”. Cuando suena el tono de haber colgado, Christina tira el móvil contra el suelo y la tapa y la batería salen volando. Unos estudiantes sentados en un corro en el césped a unos pocos metros levantan la cabeza, la miran y con un gesto apático vuelven a sumergirse en sus smartphones. Christina recoge las piezas de su móvil, las echa en el bolso y para un taxi. No está de humor para volver a casa en autobús.

Continuar con la segunda parte

De camareros a repartidores: las contrataciones navideñas caen hasta un 71%

Está claro que las Navidades de este año van a ser muy distintas a las que normalmente estamos acostumbrados. Y es que, aunque ya sabemos más o menos qué restricciones habrá sobre movilidad y número de personas permitidas en las reuniones navideñas, va a haber muchas cosas diferentes con respecto a años anteriores.

Y en el ámbito laboral la cosa no va a ser distinta, ya que la pandemia ha afectado de forma muy significativa a diversos sectores profesionales. Y aunque algunos han sabido adaptarse, la realidad es que habrá muchos cambios estas fiestas. 

Por ejemplo, según un estudio realizado por la web especialista en empleo Jobatus.eslas ofertas de empleo como dependiente han disminuido un apabullante 71% con respecto a las Navidades de 2019, mientras que las de repartidor han aumentado un 43% desde el mes de septiembre, y hasta un 57% si las comparamos con las ofertas publicadas para este sector en el mismo periodo de 2019. Y es que, durante la campaña del Black Friday ha habido un aumento considerable de la demanda de repartidores ya que se han realizado alrededor de 50 millones de envíos como resultado del Viernes Negro y sus días previos. Afortunadamente, la gran mayoría seguirán contratados hasta pasadas las navidades.  

De camareros a repartidores 

Amazon es un ejemplo de ello, que durante estas semanas ha ofertado alrededor de 350 puestos de repartidor y mozo de almacén. Pero también las propias empresas de mensajería ven aumentadas sus necesidades de contratación, ya que muchos comercios se han adaptado y reclaman sus servicios al incluir la venta online. El resultado de esto es que muchos camareros que perdieron su empleo se han pasado al sector de la entrega de paquetería, ya que es un trabajo relativamente fácil y para el que no es necesario tener unos estudios concretos o demasiada experiencia.  

Las cenas de empresa

 Otro clásico de esta época previa a las fiestas son las cenas navideñas de empresa. Y dado que las restricciones limitan las mesas a 6 personas, la gran mayoría de estas cenas no se celebrarán este año. Pero ya están surgiendo alternativas adaptadas a la pandemia como las cenas por streaming, en las que cada uno cenará desde su casa mientras ve a sus compañeros por el móvil o el ordenador. Esto no supondrá un alivio para la hostelería, aunque algunos restaurantes ya están ofreciendo la opción de servir un menú navideño a domicilio. Por lo que también habrá un aumento de la demanda de ryders (o repartidores de comida a domicilio). Otra opción que algunas empresas han elegido es proporcionar a sus empleados un bono equivalente al importe de la cena para que lo puedan gastar en comercios de la zona. Una bonita iniciativa para ayudar a las tiendas de barrio que siguen arrastrando la crisis del Covid-19 desde marzo. Por el contrario, un sector que este año ha visto aumentadas sus ventas hasta un 164% es el de las cestas de Navidad, ya que es otra alternativa que han tomado las empresas: invertir el dinero de la cena en una cesta para sus empleados. Y también muchos particulares las están regalando a los sanitarios como agradecimiento por todo su esfuerzo durante la pandemia.  

Una cabalgata diferente 

Los niños también tendrán que adaptarse a que la típica cabalgata de los Reyes Magos este año sea un poco diferente. Y es que, para evitar aglomeraciones de gente esperando a que pasen sus Majestades, este año serán ellas las que estén quietas mientras que es la gente la que circula, viendo lo que han denominado como “Cabalgata estática”. Este modelo surgió hace unas semanas en Vigo y ya son muchas las ciudades que lo están replicando. Una feliz consecuencia es que habrá muchas contrataciones para personal de control de aforo y también de instalaciones. Aún no sabemos cuánto durarán estos cambios, si el año que viene tendremos unas fiestas al uso o si esta nueva normalidad se quedará para siempre con nosotros. Pero lo que está claro es que “el hambre agudiza el ingenio”, y aunque por desgracia muchos han perdido su trabajo, puede que encuentren otro en esta nueva versión de las fiestas navideñas.

Descorche en el Parque Natural de los Alcornocales (por Rosa Rojas Pozo)

Cada verano se produce el descorche de los alcornoques o “La saca del corche”, un trabajo que se mantiene inalterable con los pasos de los años. Cada verano a las 6 de la mañana las cuadrillas compuesta por corcheros, recogedores, arrieros, cargadores, pesadores y mulas, se adentran en los montes donde habitan los alcornoques para con mimo arrancar la corteza del alcornoque (corcha) sin que el árbol sufra daño alguno. Los corcheros utilizan como herramienta sus hachas afiladas y sus técnicas para realizar dicho trabajo, un trabajo duro y peligroso, Los recogedores se encargar de ir agrupando la corcha hasta la llegada de los arrieros que con las mulas son cargadas para llevar el material hasta los patios, explanadas donde el corcho será pesado y subido a camiones donde serán llevados a procesar para convertir esta materia prima desde tapones para botellas de vino, aislamientos, y otros productos.

Sólo me bastó pasar una mañana con una de estas cuadrillas para para darme cuenta del duro trabajo del corchero, subir al monte donde ningún medio de vehículo puede acceder, de ahí la utilización de las mulas, que de paso quiero señalar que no sufren daño alguno, vi que estos animales están cuidados, que tienen también sus descansos y son tratadas con mimos ya que forman parte de la cuadrilla también.

El corcho es un recurso renovable, no contaminante y ecológico, que mantiene vivo un oficio que permite el desarrollo social y económico de las zonas rurale
Quisiera agradecer a Manuel Cepero por haberme invitado a vivir tal experiencia, para con mi cámara fotográfica recoger cada instante de este oficio.

¿Maratón en septiembre? ¿Qué opinas?

El Ayuntamiento de Benalup-Casas Viejas acaba de anunciar que están estudiando la posibilidad de celebrar el Maratón de Fútbol Sala en el mes de septiembre, en lugar de celebrarse a mediados de julio como suele ser habitual.

El Maratón de futbito es la fiesta más consensuada de cuantas se celebran en nuestro pueblo, es verdad que las denominadas “Vaquillas” son más populares en toda la provincia y fuera de ella, pero no es ningún secreto que el uso de animales con el único objetivo de divertirse tiene dividida a la población. Eso no ocurre con el Maratón, el Maratón gusta a todo el mundo, el ambiente es sano, se reencuentran muchos amigos que durante el resto del año no se ven, es como la fiesta nacional, pero a nivel local.

Este año, la crisis del coronavirus ha modificado la vida de todos, ha provocado la suspensión de todos los actos multitudinarios, los conciertos, las romerías, e incluso, la Feria de nuestro municipio y el Maratón no iba a ser menos, pero en busca de un halo de esperanza, el Patronato Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Benalup-Casas Viejas está barajando la posibilidad de celebrar el Maratón en septiembre, algo que se me antoja bastante complicado, sin vacuna, no creo que haya modo de permitir actos como el Maratón, que reúne cientos de personas cada día en menos de 300 m2.

Pero La Libertaria Información nació con la idea de ser la voz del pueblo y nos gustaría que dejaras tu opinión, si te parece buena idea, si no, lo que pienses, que se exprese, por tanto pedimos la colaboración de todos para que podamos abrir un debate sano, un debate sobre la posibilidad de que el Maratón se celebre o no en el mes de septiembre.

Yo, voy a predicar con el ejemplo y doy mi opinión, personal, que no es ni mejor, ni peor que ninguna, pero es la mía:

Personalmente y dado que no hay de momento ninguna vacuna que pueda protegernos frente a una de las amenazas más graves que hemos tenido en la vida, votaría a favor de dejar correr este año y se suspendiera el Maratón este 2020, por tanto, mi opinión es clara, si hay vacuna, sí, si no hay vacuna, no.

Conoce los cambios de los exámenes del A2 y B1 de Cambridge

Los exámenes y las certificaciones de inglés obtenidas con Cambridge tienen un gran prestigio a nivel mundial, dado que presentan una forma de enseñanza con un alto nivel educativo. Las certificaciones son emitidas por la Universidad de Cambridge que desde 1993 evalúan y acreditan el nivel de inglés de personas no nativas, con lenguas maternas diferentes a la inglesa. Esta reconocida universidad se dedica a investigar el desarrollo y la calidad de estudio para los exámenes realizados.

Ya en 2013 se revisó el C2. En 2015 se revisaron el B2 y el C1, en 2018 los exámenes de inglés para niños (YLE) y finalmente en 2020 le toca el turno de nuevo después de 15 años a los niveles A2 y B1. A continuación, te diremos cuáles fueron estas modificaciones con detalles.  

Entérate sobre los cambios que Cambridge hizo en este nuevo 2020

Según las estadísticas, alrededor de 5.5 millones de personas en el mundo realizan los exámenes y consiguen las certificaciones en inglés cada año. Estas evaluaciones se actualizan con el objetivo de mejorar la calidad educativa y el nivel de instrucción tanto de los alumnos como de los profesores.

Entre las actualizaciones en Cambridge para este 2020 ha sido la forma de presentar las calificaciones de forma no numérica, ahora los candidatos tendrán una calificación expresada en A (pass with Distinction), B (pass with Merit) y C (pass).

Los cambios 2020 en el examen PET B1 de Cambridge

El PET en Cambridge es el título de nivel intermedio que representa las capacidades de una persona para utilizar el idioma en un trabajo, en ámbitos de estudio y por supuesto, para viajar por el mundo.

Esta nueva actualización ha separado las pruebas de Reading y Writing, por lo que ahora el nivel B1 Preliminary y B1 Preliminary for Schools cuenta con 4 pruebas en lugar de 3 como en su versión anterior. A continuación, te presentaremos los cambios que surgieron en este nuevo año para cada una de las pruebas de este nivel:

  • Reading

Esta nueva versión presenta un examen de 45 minutos con 6 apartados en lugar de 5. Aunque algunas partes permanecen sin cambios, hubo otras partes que cambiaron sus formatos.

Las partes del examen que no tuvieron cambios fueron la parte 1, 2, 3 y 5, mientras que las partes 4 y 6 tuvieron las siguientes actualizaciones:

Parte 4: multiple-choice gapped

El alumno o participante tendrá un texto del cual han sido retiradas 5 frases, teniendo que escoger entre las 8 frases presentadas para completar el enunciado correctamente.

Parte 6: open gap fill

De la misma forma, se presenta un texto donde hay que rellenar 6 espacios vacíos, pero en esta ocasión no habrá opciones a elegir.

  • Writing

La actualización más importante es que el “Writing” que ahora es independiente del “Reading”, el examen tiene una duración de 45 minutos y percibió cambios en todas sus partes.

Parte 1: write an email

En esta parte del examen ahora los participantes deben escribir un email de al menos 100 palabras respondiendo a la información aportada. La principal diferencia es que en este nuevo formato el texto es más extenso, de escribir un mínimo de 35 palabras esta vez habría que escribir en torno a 100 palabras.

Parte 2: write an article or a story

En esta parte del examen hay que escribir un artículo o una historia de al menos 100 palabras, respondiendo a la información dada. En el formato anterior, había que escribir una carta, pero en la actualización se ha introducido el artículo. Sin embargo, los criterios para redactar los textos no tuvieron cambios.

  • Listening

Esta parte de la evaluación continúa teniendo una duración de 30 minutos con cuatro apartados. La mayor parte del examen continúa siendo la misma que la versión anterior, pero la parte número dos tuvo algunos cambios significativos:

Parte 2: multiple-choice short texts

En la actualización de este apartado se incluyeron 6 diálogos cortos, con una pregunta que los participantes deben contestar por cada uno de los diálogos con tres opciones a elegir entre A, B y C.

  • Speaking

Este examen fue el que menos sufrió cambios en esta actualización 2020, únicamente modificaron el orden en el que se realizan las partes 2 y 3. No obstante, las modificaciones más relevantes de esta parte del examen B1 los tiene el apartado número 4.

El “Speaking” dura 12 minutos tal como en la versión anterior.

Parte 4: discussion

Aunque conserva una gran relación con la versión anterior de la parte 4 del Speaking en el examen B1, el evaluador realizará preguntas a los dos candidatos para que debatan entre ellos sobre las diversas temáticas, las cuales se tratarán del collaborative task.

En la versión pasada esta parte tenía relación con unas fotografías, por lo que ha sido un cambio drástico pero positivo para los alumnos y estudiantes del idioma inglés.

Los cambios 2020 en el examen A2 Key de Cambridge

Este nuevo formato del A2 Key hubo cambios en las pruebas de Reading & Writing modificando las partes del examen, de 9 partes que formaban 56 preguntas, el examen pasó a tener 7 partes que conforman 32 preguntas en total.

Por otro lado, la prueba de Listening mantiene su formato de la versión anterior, 5 partes que representan 25 preguntas. La prueba de Speaking tuvo algunos cambios en su formato, pero conserva sus 2 partes como en el formato pasado.

  • Reading & Writing

Esta prueba tiene una duración de 60 minutos, con 32 preguntas en 5 partes del Reading y 2 partes del Writing. En total, de las 7 partes de esta prueba sólo la 3, la 4 y la 5 conservaron sus formatos idénticos a los de la versión anterior. Por otro lado, las partes 1, 2, 6 y 7 tuvieron algunos cambios:

Parte 1: en esta nueva tarea es necesario analizar y comprender 6 mensajes cortos teniendo que elegir entre las opciones.

Parte 2: está conformada por 7 preguntas, la tarea principal es leer 3 textos cortos y conseguir la información necesaria para responder las preguntas con opciones múltiples de A, B y C, en lugar de “correcto”, “incorrecto” o “no se menciona” como en la versión pasada.

Parte 6: igual que en la parte 9 del formato pasado, se debe escribir un mensaje como respuesta a la información presentada. Sin embargo, en la versión anterior los candidatos debían escribir de 25 a 35 palabras, ahora es suficiente con que escriban 25 palabras.

Parte 7: en esta nueva tarea los candidatos deben redactar una historia corta utilizando 3 imágenes presentadas, con un mínimo de 35 palabras.

  • Listening

En esta prueba de 30 minutos, sólo la parte 4 tuvo modificaciones con una tarea nueva de selección múltiple, donde los candidatos deben escuchar 5 mensajes y captar cuál es la idea principal.

  • Speaking

Esta prueba del A2 Key de Cambridge tiene una duración de 8 a 10 minutos y sólo la parte 2 tuvo cambios con la incorporación de una nueva tarea colaborativa.

La nueva tarea de la parte 2 del Speaking trata de comparar, describir y expresar las opiniones de los candidatos mediante una conversión entre ellos, utilizando unas imágenes para dirigir la conversión, terminando con una conversación guiada por el examinador.

Para conocer todas las novedades, Cambridge ha publicado un archivo PDF bastante esquemático donde se pueden observar los nuevos cambios fácilmente:

Ver cambios en formato PDF